Los técnicos de la Casa del Vino de Laguardia han concluido que las fuertes precipitaciones y el viento que azotaron Rioja Alavesa el sábado han afectado directamente a 150 hectáreas de viñedo, además de tener algún tipo de incidencia en otras 150. “La tormenta repercutirá negativamente en aproximadamente en esa superficie aunque la evolución estará condicionada por la climatología de las próximas semanas y por las labores y tratamientos que realicen los viticultores”, han señalado los técnicos forales.
Esta zona se circunscribe al oeste y sureste del casco urbano de Leza, extendiéndose por el norte hasta las inmediaciones del cruce de la A-124 con la carretera hasta el puerto de Leza, y por el Sur hacia el término municipal de Navaridas. “Otras 150 has. han sufrido diversos niveles de afectación fundamentalmente derivados del viento que, con los tratamientos adecuados y con un extra de trabajo y recursos por el agricultor, consideramos no afectará ni a la producción ni a la calidad”, añaden.
En las primeras horas de la tarde del sábado 30 de junio una fuerte tormenta de agua, viento y granizo afectó de modo variable fundamentalmente a las localidades de Leza, Villabuena y Navaridas. Los efectos provocados por esta tormenta se dejaron sentir en forma de una fuerte tromba de agua, que alcanzó en Villabuena su cota máxima con cantidades en torno a los 40 litros, lo que provocó algunos arrastres de tierra, parcelas parcialmente anegadas y afecciones de diversa naturaleza en caminos. Igualmente el fuerte viento provocó roturas de pámpanos, principalmente en formaciones en vaso con consecuencias en los viñedos según su situación y exposición. Los daños fueron de mayor magnitud en los alrededores de Leza, donde a las fuertes lluvias y viento acompañaron precipitaciones en forma de granizo dejando los pámpanos del área más afectada desprovistos casi totalmente de hoja y racimos.
La viña se encontraba en el momento del accidente meteorológico terminando de cuajar y con una elevada frondosidad, aspectos ambos positivos ya que los racimos en este momento son muy flexibles y resisten bien los impactos del granizo. Además la gran cantidad de hoja actuó de pantalla evitando daños mayores.
Próximos días
Las labores de los viticultores se centrarán ahora en proteger el viñedo aplicando productos cicatrizantes y preventivos, en especial contra el mildiu, cuyos riesgos han aumentado exponencialmente como consecuencia de las lluvias y de las heridas que son la puerta de entrada de la enfermedad a la planta. A partir de mitad de semana en cuanto el terreno drene y oree será el momento de entrar a tratar.
En el resto de Rioja Alavesa el viñedo sigue su ciclo con normalidad terminando de cuajar presentando un estado excepcional de vegetación y sanidad y con buena muestra de uva.