La Audiencia Provincial de Álava ha acogido este miércoles el inicio del juicio contra Ismael M., acusado de asesinato por alevosía y lesiones graves. El caso se centra en la muerte de Ander, un joven vitoriano con discapacidad, el 23 de julio de 2020 en una fábrica abandonada próxima a Michelin.
El acusado, que podría llegar a ser condenado con la pena de prisión permanente revisable, ha optado por no responder a las preguntas de las acusaciones, limitándose a contestar a las de su abogado defensor.
En su declaración, Ismael M. ha relatado que pasó varias horas consumiendo alcohol y drogas junto a la víctima antes de dirigirse a la nave abandonada en la calle La Peña. Una vez allí, ambos subieron a la primera planta donde se produjo una discusión y comenzaron a lanzarse piedras. El procesado ha admitido que empujó a Ander con la intención de hacerle caer al suelo, pero según los informes policiales y forenses, antes le golpeó con un objeto contundente y le tiró deliberadamente por un agujero. La caída, de tres metros y medio, le provocó la fractura de una cadera y una muñeca, lo que le impidió andar.
Según los análisis recogidos durante la investigación y que serán defendidos en juicio por expertos peritos, el acusado se habría ensañado con la víctima asestándole múltiples puñaladas, arrastrando su cuerpo todavía con vida «34 metros», y golpeado con diversos elementos hasta el golpe mortal en el cráneo que acabó con él.
En su declaración el acusado ha tratado de presentarse como «víctima» alegando que estaba «desconectado» por un consumo de drogas exacerbado. Incluso ha causado la sorpresa de muchos al cambiar su declaración inicial cuando ha llegado a asegurar que fue la propia víctima quien «le pidió que acabara con su vida».
En esta nueva versión de los hechos el enjuiciado asegura que le quitó la vida a Ander «para acabar con su sufrimiento».
Según fuentes conocedoras del caso esta versión variaría respecto a la ofrecida en su detención, apenas unas horas después del crimen.
Tampoco ha sabido justificar por qué no pidió ayuda tras los hechos, ni por qué se quitó sus zapatillas -manchadas de sangre- y se puso las de la víctima.
La fiscalía, la acusación particular y la defensa de la víctima solicitan la prisión permanente revisable para Ismael M. por considerar que Ander era una persona especialmente vulnerable debido a su discapacidad reconocida del 65%.
El juicio se prolongará hasta el jueves 20 de abril.