Las monjas clarisas de Belorado han dejado de acudir al mercado municipal de Vitoria en la Plaza de Santa Bárbara, donde tenían un puesto desde septiembre del año pasado. En su lugar, ha comenzado a acudir una empleada. Esta decisión llega en medio de la polémica tras su ruptura con la Iglesia Católica y su alineación con una organización no reconocida por el Vaticano.
Las monjas clarisas del Monasterio de Belorado (Burgos) han decidido romper con la Iglesia Católica y alinearse con una organización no reconocida por el Vaticano. Las 16 monjas ahora están bajo la jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, un líder religioso excomulgado que dirige la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli. La decisión ha sido defendida públicamente por la abadesa, Sor Isabel de la Trinidad.
Motivos de la ruptura
Las monjas han denunciado una «persecución» por parte de la Iglesia Católica y han señalado dificultades en la venta de una propiedad en Derio, cuyos fondos iban a ser destinados a la compra de otro convento en Orduña. La Iglesia ha negado haber recibido solicitudes formales para estas transacciones y ha puesto en duda la transparencia del proceso.
En respuesta a las acusaciones de secuestro y manipulación, las monjas han utilizado las redes sociales y su página web para aclarar que se encuentran bien y en proceso de clarificación. Aseguran que no han abandonado completamente la Iglesia, aunque han cambiado de tutela religiosa.
Una de las monjas ha abandonado el convento tras la polémica, mientras que las demás continúan en el monasterio de Belorado. La intervención eclesiástica ha incluido la suspensión de misas en el convento y un llamamiento a reconsiderar su decisión. La diócesis de Burgos y otros organismos han expresado su pesar por la ruptura.
En el mercado municipal de Vitoria
Las monjas clarisas eran conocidas en el mercado municipal de Vitoria, en la Plaza de Santa Bárbara, donde tienen un puesto los jueves y sábados desde septiembre del año pasado. Ofrecían diferentes dulces elaborados en su obrador de Belorado, pese a que en el mismo puesto decían que las hacían en Orduña.
Según varias declaraciones recogidas por GasteizBerri de varios puestos del mercado, las monjas han dejado de acudir a la plaza desde que la polémica explotó. En su lugar ha comenzado a acudir una trabajadora contratada por el propio convento.
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