La alerta amarilla por viento ha quedado desactivada en Álava, aunque las consecuencias de la borrasca Herminia aún se sienten en el territorio. Las rachas, que alcanzaron los 102 km/h en Vitoria y rozaron los 130 km/h en otros puntos de la provincia, han dejado un rastro de daños materiales y alteraciones en la vida cotidiana de los alaveses.
Daños visibles en Vitoria
En la capital alavesa, el impacto del viento ha sido evidente con contenedores desplazados, ramas caídas y carriles bici cercanos a parques inutilizables. Ayer, a las 18:00 horas, el Ayuntamiento de Vitoria decidió cerrar instalaciones deportivas municipales al aire libre, incluidos campos de fútbol, rugby y los centros polideportivos de Mendizorroza y Gamarra, por precaución ante los fuertes vientos. Hoy, lunes, dichas zonas y lugares ya funcionan con normalidad.
Desde el Departamento de Seguridad del Ayuntamiento han informado sobre las actuaciones realizadas por la Policía Local:
- Precintado de parques: Se cerraron itinerarios peatonales en La Florida, El Prado, San Martín (las conchas) y Arriaga debido al riesgo por árboles o ramas caídas.
- Contenedores desplazados: Más de medio centenar de avisos fueron atendidos por la Policía Local, aunque la cifra podría ser mayor si se incluye a la contrata de limpieza. En al menos 12 casos, contenedores golpearon vehículos estacionados, causando daños leves.
- Peligros en altura: Se gestionaron cuatro avisos relacionados con desprendimientos, principalmente andamios y elementos de obra. Uno de los incidentes destacados fue el desprendimiento de piezas de la cubierta de la iglesia de San Francisco de Asís, en el barrio de Zaramaga.
En Amurrio, los efectos del viento fueron especialmente visibles, ya que parte de la fachada de una empresa fue arrancada. En las carreteras, la caída de árboles provocó dificultades puntuales para la circulación, y los servicios de emergencias han tenido que intervenir en diversas incidencias desde la madrugada.
El temporal se desplaza a la costa
Con la finalización del aviso amarillo, el viento ha perdido intensidad en Álava, marcando el fin de unas horas complicadas para los vecinos y servicios de emergencia del territorio. Sin embargo, ahora el riesgo se traslada a la costa, donde las rachas podrían alcanzar niveles peligrosos en las próximas horas.