El juicio por un presunto delito de lesiones contra el portero de la discoteca Mítika ha quedado visto para sentencia. El acusado, que se encuentra en prisión provisional por su presunta implicación en la muerte de un joven a las puertas de esa discoteca, se enfrentaba en esta ocasión a una pena de 10 meses de prisión por una agresión ocurrida hace dos años en la entrada del pub Glass, en la calle Mateo Moraza.
Versiones
Los hechos juzgados ocurrieron tras una discusión entre el portero y un cliente al que había negado la entrada. Según el denunciante, sin previo aviso recibió un golpe que le provocó una herida en la ceja por la que tuvo que recibir cinco puntos de sutura. «Me giré, noté un golpe y después estaba en el suelo sangrando», declaró en el juicio.
El acusado, sin embargo, ha negado haberle golpeado. Asegura que simplemente estiró el brazo para impedirle el paso y que fue el estado de embriaguez del cliente lo que provocó la caída.
El amigo del denunciante, testigo en la causa, tampoco vio el supuesto golpe. Explicó que él logró entrar al pub, pero poco después encontró a su amigo en el suelo, a cierta distancia de la entrada.
La fiscalía ve un patrón de conducta violenta
Para la fiscalía, los hechos han quedado acreditados y considera que el acusado ha dado hasta tres versiones distintas de lo sucedido. «No es una persona pacífica», sostuvo el ministerio público, que recordó que el portero tiene otros tres procedimientos abiertos por hechos similares, además del que lo mantiene en prisión por la muerte de un joven en la discoteca Mítika.
Además, el informe forense señala que la lesión sufrida por el denunciante es compatible con su versión de los hechos.
La defensa pide la absolución
Por su parte, el abogado del acusado ha pedido la libre absolución. Argumenta que no hay pruebas de cargo suficientes y que ni la víctima ni su amigo pudieron ver el supuesto golpe. «Ni la persona víctima ni el amigo vieron el golpe», zanjó en su alegato final.