Esta mañana, el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN) en Álava ha anunciado que la justicia les ha dado la razón en su recurso contra el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz por la reforma de un edificio en la Avenida Santiago. La intervención, realizada en 2022, eliminó la emblemática fachada del inmueble y la escultura «El Obrero», de Joaquín Lucarini. Según la sentencia, la obra debía haberse tramitado como una licencia mayor, y no menor, como permitió el Ayuntamiento.
«Es una sentencia clara y aleccionadora»
Pablo Ortiz de Zárate, presidente del COAVN en Álava, ha explicado que la resolución judicial respalda su postura y deja en evidencia la falta de control municipal. «La justicia nos ha vuelto a dar la razón. Nos la dio en el caso del mural del centro cívico de Nanclares de la Oca y en el concurso de la estación de Goya, y hoy lo vuelve a hacer», ha afirmado.
Ortiz de Zárate considera que el fallo «está lleno de sentido común» y es una llamada de atención al Ayuntamiento para que sea más riguroso en la concesión de licencias. «Lo que ha ocurrido en este edificio es relativamente común: se modifica una fachada en una rehabilitación sin que se exija la intervención de un arquitecto, aunque la ley lo requiere», ha señalado.
Un cambio radical en la imagen del edificio
Alberto García Yela, vocal del COAVN y autor del informe técnico sobre el caso, ha recordado que el edificio, proyectado en 1967 por el arquitecto José Antonio Pérez Enciso, tenía un fuerte valor simbólico. «Era la primera imagen que se tenía de Vitoria al llegar por la carretera de Iruña-Madrid», ha explicado.
La rehabilitación incluyó la colocación de un sistema de aislamiento térmico exterior (SATE), lo que supuso la eliminación de su característico revestimiento cerámico y de la escultura de Lucarini. «El resultado no se parece en nada al edificio original. Se ha sustituido un edificio por otro», ha criticado García Yela, insistiendo en que la intervención no ha sido solo constructiva, sino también arquitectónica y estética.
Falta de protección y exigencias al Ayuntamiento
Uno de los problemas señalados en el juicio es la falta de protección para edificios como este. «Nos insistieron en que no tenía grado de protección, pero eso no significa que se pueda destruir todo», ha advertido García Yela.
El fallo no obliga a restaurar la fachada original ni a reponer la escultura, pero sí exige que la obra sea legalizada con la firma de un arquitecto y un proyecto visado. Además, según han explicado desde el COAVN, tras este caso el Ayuntamiento ha incluido un nuevo requisito en las licencias de obra: informar si hay elementos artísticos en las fachadas afectadas.
Ortiz de Zárate ha lamentado que el Ayuntamiento ignorara las advertencias previas del COAVN, lo que les llevó a recurrir a la vía judicial. «Nos hubiera gustado evitar este proceso, pero ha sido la única manera de hacer valer la normativa», ha concluido.