Como si el tiempo no hubiera pasado, el bar Estitxu de Vitoria-Gasteiz recuperó este lunes por la tarde el bullicio de sus días de gloria. Pero había algo diferente en el ambiente: era el primer cumpleaños de Enrique Loyola sin Enrique Loyola. Habría cumplido 61 años. Y allí estaban todos —cómicos, músicos, amigos y probablemente algún amor clandestino— un mes después de su adiós, llenando de vida el lugar donde él tanto vivió.
Un bar lleno de recuerdos
El local se ha quedado pequeño ante la cantidad de gente que ha acudido. «No me extraña para nada. Conociendo la trayectoria de Kike ya me imaginaba que iba a estar así», comentaba Jon, uno de los asistentes. «Es un día para recordarle. Encima es su cumpleaños. Y aquí podemos ver todo lo querido que era con toda esta gente que hay por aquí», añadía, mientras miraba emocionado a su alrededor.
Jon compartió con Loyola muchas horas en el Estitxu y también en el escenario. «La Señorita Escarlata, el grupo donde toco, siempre ha tenido su apoyo. Siempre nos echaba una mano», explicaba.
«Era puro corazón»
Koldo Martínez, del grupo Lupo, también ha estado presente en el homenaje. «Ya me imaginaba que iba a estar a tope el local», decía con una sonrisa. Él coincidió con Loyola en festivales de jazz y pequeños conciertos. «Kike tenía todas las facetas. Tocaba la guitarra gypsy de maravilla, hacía monólogos, daba clases… Era todo puro corazón. Muy fácil conectar con él».
También recordaba lo dispuesto que siempre estaba para subirse al escenario: «Le invitabas a cantar y se subía sin dudar. Conectar con él era muy fácil».
Un lugar que se queda corto
La tarde ha transcurrido entre sonrisas y emoción. En medio del ambiente, Mertxe bromeaba: «La próxima en un pabellón». La gente a su alrededor asentía: «Seguramente la próxima habrá que ir a un sitio más grande».
Y entre risas y anécdotas, Rocío aseguraba que Kike «era un amor» – ¿y qué estará haciendo ahora?, le preguntamos- «haciendo el amor». La respuesta fue rápida pero, entre carcajadas, otros asentían: «Seguramente. Se las sabía todas. Ahí arriba estará haciendo de las suyas».
Un artista todoterreno
Una vez más, el bar Estitxu ha sido el escenario perfecto donde varias personas han actuado, cantado o simplemente recordado al polifacético artista gasteiztarra. Enrique Loyola era de esos artistas todoterreno: humorista, actor de doblaje, guitarrista, locutor de radio, guionista y profesor. Fundó el grupo Segundo Banana y formó parte de Viento de Locos y El Síndrome de Stendhal.
En el teatro, escribió y protagonizó Frontera 908, y participó en El Club de la Comedia y Más Humor en ETB2. En la radio, su voz se escuchó en Radio Oasis, la SER y Radio Vitoria, donde conducía El bici carril de la Badaya. Su último espectáculo, Voy a la nevera, fue un homenaje con humor al mundo de la hostelería.
Pero más allá de su talento, todos recuerdan lo sencillo y generoso que era, cómo se prestaba a todo: actor, músico, cómico y, como suele decirse de los grandes, mejor persona. Al ver el lleno a rebosar del bar y toda la gente que ha querido sumarse al homenaje, uno no puede evitar pensar que Enrique Loyola fue, sin duda, un grande entre los grandes.
