Una periodista y activista de la República Democrática del Congo ha sido la primera persona en beneficiarse del nuevo Mecanismo Alavés de Incidencia y Protección a las personas defensoras de los derechos humanos, puesto en marcha este año por la Diputación Foral de Álava. La ayuda, de 8.000 euros, se destina a garantizar su seguridad y la de sus hijos e hijas, tras haber sido objeto de amenazas de muerte e intimidaciones por su labor en defensa de los derechos fundamentales en una región marcada por la violencia.
Refugio lejos del conflicto
La periodista ha tenido que huir junto a su familia a un país vecino. En Kivu del Sur, donde trabajaba, la situación se ha vuelto insostenible. La zona está en manos de grupos armados rebeldes, autodefensas y presos evadidos, lo que ha generado un escenario de inseguridad generalizada. La ONG Alboan, con sede en Álava, ha canalizado la petición de apoyo ante la Diputación, alertando del alto riesgo que corre la activista y su entorno más cercano.
Apoyo foral a quienes defienden los derechos humanos
El programa MAP, impulsado por el Departamento de Igualdad, Euskera y Gobernanza, nace con el propósito de proteger a quienes se enfrentan a amenazas por su compromiso con los derechos humanos. A través de este nuevo instrumento, Álava quiere contribuir a salvaguardar a personas perseguidas por ejercer una labor pacífica en defensa de libertades fundamentales, especialmente en contextos vinculados a proyectos de cooperación internacional.
Una trayectoria de compromiso con la igualdad
Además de su trabajo periodístico, la beneficiaria coordina una asociación centrada en promover los derechos de las mujeres en el ámbito de los medios de comunicación, y forma parte de redes de mujeres defensoras de derechos humanos. Este perfil la ha convertido en objetivo de grupos hostiles a los valores que defiende.
Escalada de amenazas tras la ofensiva del M23
El riesgo al que se enfrenta se ha agravado desde comienzos de 2025, cuando el grupo rebelde M23 intensificó su ofensiva en la región. Los choques con el ejército congoleño y otras milicias han generado un repunte de la violencia. La periodista ha denunciado públicamente violaciones graves de derechos humanos: desplazamientos forzados, asesinatos, agresiones, violaciones y saqueos. “Las principales víctimas son mujeres, niños y niñas”, ha alertado.
Ausencia de protección por parte del Estado
A pesar de las amenazas recibidas, las autoridades congoleñas no han ofrecido mecanismos eficaces para garantizar su seguridad. Esta falta de respaldo institucional ha obligado a la activista a buscar refugio fuera del país, en condiciones extremadamente difíciles.