Tras un periodo de transición de tres meses, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz comenzará a sancionar los accesos indebidos a la Zona de Bajas Emisiones a partir del 15 de diciembre. Así lo ha confirmado la concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, quien ha recordado que “la ordenanza establecía tres meses de carácter informativo, sin multas, y ese compromiso lo hemos cumplido: en este tiempo no hemos puesto ninguna multa ni ninguna sanción económica”.
La cuantía de las sanciones será de 200 euros por cada acceso indebido, tal y como establece la Ley de Tráfico para las infracciones graves. “Cada acceso es una cuestión individual. Si hago dos accesos indebidos tendré dos multas de 200 euros”, ha detallado la concejala. Las cámaras comprobarán automáticamente si se cumplen los requisitos, y las multas serán validadas por el Departamento de Hacienda.
Entre 50 y 80 vehículos al día
Según los datos municipales, cada día acceden a la ZBE entre 4.000 y 5.000 vehículos. El acceso se mantiene estable desde la entrada en vigor de la ordenanza el pasado 15 de septiembre. Las calles con más tránsito son Portal del Rey, con alrededor de 1.200 vehículos diarios, y calle Prado, con alrededor de 1.000.
En cuanto al perfil medioambiental de los vehículos, el 40 % de los accesos corresponde a coches con etiqueta C, el 26-27 % a vehículos con etiqueta B, entre un 15 y un 20 % a vehículos ECO y Cero, y solo un 7 % a vehículos sin distintivo ambiental.
No obstante, dentro de ese 7 % la mayoría está exenta por la propia ordenanza. Hablamos de residentes, titulares de garajes, establecimientos o personas con tarjeta de movilidad reducida. Una vez filtradas las exenciones, se estima que solo entre 50 y 80 vehículos diarios acceden sin distintivo y sin cumplir los requisitos, lo que supone entre el 1,3 % y el 1,6 % del total. Artolazabal subraya que “la ciudadanía está cumpliendo la norma con responsabilidad”.

2.037 cartas informativas antes de empezar a multar
Durante el periodo previo a las sanciones, el Ayuntamiento ha enviado 1.837 cartas informativas a titulares de vehículos que habían accedido indebidamente a la zona. Esta misma semana se ha añadido una segunda remesa de 200 cartas más, sumando un total de 2.037 avisos.
Estas comunicaciones, según Artolazabal, “no sancionan sino que son avisos preventivos que recuerdan que la infracción está tipificada como grave en la Ley de Tráfico y que una vez finalizado el periodo informativo, sí conllevará una sanción económica”.
340 solicitudes de exención, la mayoría ya resueltas
Desde el 15 de septiembre se han registrado 340 solicitudes de exención, de las cuales 164 han sido denegadas. En 77 casos, los vehículos ya cumplían los requisitos ambientales y no necesitaban exención. El bajo volumen de solicitudes individuales se explica, según el Ayuntamiento, porque muchos casos fueron dados de alta automáticamente: residentes, titulares de garajes, comercios y personas con tarjeta PMR.

La concejala destaca la “normalidad” en la implantación
Beatriz Artolazabal ha asegurado que “la implantación de la Zona de Bajas Emisiones se está realizando con total normalidad” y que “no ha habido conflictos importantes ni tensiones”. A su juicio, “el proceso está siendo ordenado, tranquilo y muy responsable por parte de la población”.
El sistema, ha explicado, “ya contemplaba casi todos los supuestos comunes”, y la entrada en vigor de la medida no ha generado alteraciones significativas en la movilidad. “La ciudad ha seguido funcionando con normalidad”, ha subrayado.
El objetivo: salud pública
La Zona de Bajas Emisiones no tiene carácter recaudatorio. Según la concejala, se trata de “una política pública diseñada para reducir la contaminación, mejorar la calidad del aire y proteger la salud de las personas que viven en nuestra ciudad”.
Aunque aún no hay datos sobre el impacto medioambiental en Vitoria-Gasteiz, Artolazabal ha señalado que ciudades como Madrid han logrado reducir entre un 20 % y un 32 % los niveles de dióxido de nitrógeno y que en Barcelona las reducciones alcanzan el 11 %, mientras que en Milán el tráfico ha descendido un 30 % en las zonas protegidas.

