Un par de centenares de personas, entre las que se encontraban una gran presencia de ucranianos, se han manifestado este sábado por la tarde al grito de «no al gas, Rusia asesina» y «si a la paz, no queremos guerra» por las calles del centro de Vitoria-Gasteiz.
Tras una pancarta donde se podía leer «stop al genocidio, libertad», una de las participantes nos ha señalado que «no vamos a parar hasta que se haga justicia» mientras otra afirmaba que no sabía nada de su familia desde hace semanas.
Ha pasado prácticamente un mes y medio desde que Rusia comenzó a invadir Ucrania con una cruenta guerra que ha abierto las fronteras europeas, como nunca se había visto.

El 24 de febrero, miles de soldados rusos comenzaron a invadir Ucrania desde el norte, el este y el sur. En pocas horas tomaron la central de Chernóbil. El presidente Zelensky estableció la ley marcial y movilizó a todos los hombres mayores de 18 años.
Según la prensa local, en las últimas horas Rusia ha atacado con ácido nítrico la localidad de Lugansk. Se trata de un compuesto químico líquido viscoso y corrosivo que puede ocasionar graves quemaduras en los seres vivos y animales.
La escalada del conflicto en Ucrania ha causado víctimas civiles y destrucción de la infraestructura civil, obligando a las personas a huir de sus hogares en busca de seguridad, protección y asistencia. En las primeras cinco semanas, más de cuatro millones de refugiados de Ucrania cruzaron las fronteras hacia los países vecinos y muchos más se vieron obligados a trasladarse al interior del país. Necesitan protección y apoyo.
En vista de la emergencia y la magnitud de las necesidades humanitarias de los refugiados de Ucrania, se está llevando a cabo una respuesta regional interinstitucional para refugiados, en apoyo de los esfuerzos de los países de acogida de refugiados. El Plan Regional de Respuesta a los Refugiados reúne a las Naciones Unidas, ONG y otros socios relevantes y se enfoca en apoyar a los gobiernos de los países anfitriones para garantizar el acceso seguro al territorio para refugiados y ciudadanos de terceros países que huyen de Ucrania, de acuerdo con los estándares internacionales.
También prioriza la provisión de servicios críticos de protección y asistencia humanitaria, ya que el desplazamiento y las necesidades continúan creciendo exponencialmente.