Las secciones sindicales de ELA, LAB y ESK ha celebrado este miércoles por la mañana una asamblea de trabajadores de la planta de Mercedes Benz en Vitoria-Gasteiz para informar de la situación de la negociación y abrir el debate sobre los siguientes pasos a dar «teniendo como base la defensa de las condiciones de trabajo y las líneas rojas que no se pueden pasar». La principal decisión que se ha tomado es convocar cinco días de huelga a finales de este mes. Los parones serían entre el 27 de junio y 1 de julio para exigir un convenio justo.
A principios de este mes saltaba la noticia de que Mercedes Benz ha puesto sobre la mesa un plan para incrementar su producción y duplicar sus capacidades en los próximos 20 años. Este plan, que fue trasladado a los diferentes comités de empresa, ha suscitado tensión entre la plantilla al descubrirse que se exigirá mayor flexibilidad laboral a los y las trabajadoras. «La empresa ha planteado una gran inversión, para lo cual exige que se empeoren las condiciones laborales de la plantilla en el convenio que se está negociando, aunque tampoco garantiza que la firma de un acuerdo garantice las inversiones, ya que la decisión se tomará en Alemania» han señalado desde el sindicato ELA. La cantidad económica que se invertiría supera los 1.200 millones de euros.
La noticia sobre que los trabajadores tengan mayor flexibilidad ha caído como un vaso de agua fría entre los trabajadores y sindicatos, porque en la actualidad se encuentran en plenas negociaciones cara a definir el próximo convenio colectivo.
Fuentes de ELA en el comité de empresa han señalado que la decisión se ha tomado después de observar «puntos negros» en las condiciones impuestas por la dirección. «No se puede firmar una ampliación de flexibilidad, por ejemplo, el no mantener el poder adquisitivo o que la empresa quiera dejar al margen del convenio las condiciones de fin de semana y festivos», han señalado.
Reacción de las instituciones
Las instituciones han visto con muy buenos ojos la inversión anunciada por la empresa. El diputado general, Ramiro González, ha señalado que la «supondría una garantía para el futuro de Álava. Un acuerdo entre dirección y trabajadores sobre las condiciones laborales daría una estabilidad fundamental». El alcalde, Gorka Urtaran, ha pedido entendimiento entre empresa y comité porque «hay que actuar con responsabilidad y sentido de ciudad».