Durante el año 2022, en Euskadi, se registraron un total de 31 accidentes mortales en el ámbito laboral, y en lo que llevamos de año, ya se han contabilizado 14, según los informes de la Inspección de Trabajo. De estos últimos 14, 7 se debieron a accidentes no traumáticos, como infartos e ictus. Una tipología de accidente detrás de la cual, en muchas ocasiones, se pueden encontrar problemas relacionados con el estrés laboral, la ansiedad, el acoso y el burnout.
Prestar atención a la salud mental
Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de prestar atención a la salud mental de las personas trabajadoras, ya que un elevado porcentaje de trabajadores padecen problemas de salud emocional derivados de problemas psicosociales en sus empresas. Problemas que raramente se reconocen como de origen laboral, obligando a muchas personas trabajadoras a recurrir a médicos en busca de ayuda.
Más medios a la investigación
Por este motivo, desde los sindicatos se ha exigido tanto a la Inspección como a OSALAN a que destinen más medios a la investigación y seguimiento de los problemas de salud mental de origen laboral. Muchos de estos problemas no son investigados por los organismos correspondientes al negarse las mutuas a clasificarlos como de origen laboral. Esto obliga a la persona trabajadora a denunciar y luchar incluso en tribunales su reconocimiento.
No aparezcan en las estadísticas de siniestralidad laboral.
El problema de la no clasificación de los problemas de salud mental, derivados del trabajo, como accidentes laborales, está provocando que estos accidentes no aparezcan en las estadísticas de siniestralidad laboral. Además, se está produciendo un sobre dimensionamiento del número de bajas por esta causa dentro de las estadísticas de las contingencias comunes, donde pueden llegar a representar entorno al 25% de las mismas. Esto provoca, a su vez, dudas mal intencionadas sobre la veracidad de este tipo de patologías mentales de origen laboral, así como de su duración.
