El ambicioso plan de rehabilitación del barrio de Zaramaga, uno de los proyectos estrella del actual Gobierno municipal, sigue enfrentando serios problemas. A un año de su plazo límite, apenas un pequeño porcentaje de viviendas se ha adherido al proyecto, mientras que la falta de empresas constructoras interesadas agrava la situación. Esta semana, otra constructora ha abandonado las obras, generando dudas sobre el cumplimiento de los objetivos anunciados.
Un proyecto ambicioso, pero con poco alcance
El plan de rehabilitación de Zaramaga, enmarcado en el Plan Interinstitucional de Inversiones Estratégicas (PIIE-24), busca transformar uno de los barrios más representativos de Vitoria mediante mejoras en la eficiencia energética y la accesibilidad de los edificios. Con una inversión total de 31,2 millones de euros, financiada en gran parte por el Gobierno Vasco (24,8 millones) y el Ayuntamiento de Vitoria (6,3 millones), el proyecto promete un ahorro energético superior al 60% en las viviendas rehabilitadas y un aumento significativo en la accesibilidad. Además, incluye ayudas específicas que superan los 15 millones de euros, priorizando a los vecinos en situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, los resultados actuales distan mucho de las expectativas. De las 4.809 viviendas del barrio, solo 340 se han adherido al proyecto, distribuidas en 23 portales de los 264 previstos. Hasta la fecha, únicamente seis portales han iniciado las obras, mientras que 17 portales siguen a la espera, y los plazos de finalización, fijados para el 30 de octubre de 2025, empiezan a parecer inalcanzables.
La falta de empresas, un obstáculo central
El problema más crítico es la ausencia de empresas constructoras dispuestas a ejecutar las obras. A pesar de las cuantiosas inversiones y las ayudas ofrecidas, las empresas locales han mostrado poco interés o directamente han rechazado los proyectos. Esta situación ha obligado a las comunidades de vecinos a buscar empresas fuera de Vitoria y Álava. No obstante, incluso estas alternativas están resultando insuficientes.
En los últimos días, una constructora gipuzkoana que parecía dispuesta a ejecutar obras en un portal de la calle Portal de Arriaga también ha decidido retirarse. Las razones más comunes para este tipo de abandonos son los plazos ajustados y la complejidad técnica de las reformas. Este abandono se suma a otros rechazos previos, dejando en entredicho la viabilidad de completar las obras según el calendario establecido.
Anuncios incumplidos y falta de coordinación
Aunque el Gobierno había anunciado que todas las obras en los portales comenzarían la semana del 25 de noviembre, esta previsión ya se ha visto incumplida debido a la falta de empresas interesadas. Desde las comunidades de vecinos, que son quienes adjudican las obras, se argumenta que los procesos son lentos debido a la necesidad de negociar cuidadosamente los contratos. Las reformas son de gran envergadura, con precios cerrados y condiciones exigentes que complican las contrataciones.
Alcance limitado y dudas sobre el futuro
Las cifras reflejan un alcance limitado que pone en duda los objetivos iniciales del proyecto. Aunque 14 comunidades instalarán nuevos ascensores, 3 cambiarán cabinas y otras 3 adaptarán portales a cota 0, estos avances no compensan la lentitud en el inicio de las obras. Además, se prevé medir parámetros como la calidad del aire y el consumo energético, pero estos análisis dependen de que las obras estén concluidas.
El impacto prometido, que incluye beneficios como un modelo de regeneración urbana sostenible y una mejora significativa en la calidad de vida de los vecinos, parece lejano. Con una ejecución que avanza a paso lento y un número insuficiente de viviendas involucradas, el proyecto está muy lejos de cumplir las expectativas generadas.