La presentación del Proyecto Ondare por parte del Grupo Baskonia-Alavés ha puesto sobre la mesa la posibilidad de construir un nuevo estadio para el Deportivo Alavés. Aunque Josean Querejeta no ha confirmado su ubicación señalando que no hay un plan sobre la mesa, las fuentes consultadas por esta redacción apuntan que los terrenos ubicados junto al Buesa Arena, en el municipio de Arrazua-Ubarrundia, son el emplazamiento más deseado. Este proyecto busca dotar al club de unas instalaciones modernas y de titularidad privada, dejando atrás el estadio de Mendizorroza, cuyo coste de reforma ha sido considerado inviable.
La inviabilidad de reformar Mendizorroza
Mendizorroza, inaugurado en 1924 y propiedad del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, ha sido el estadio del Deportivo Alavés durante un siglo. Sin embargo, su reforma ha sido descartada debido a los altos costes que supondría su modernización, estimados en más del doble de lo previsto antes de la pandemia. Según el club, mantener una instalación que no es de su propiedad no es una opción viable, especialmente tras las recomendaciones de la Liga de Fútbol Profesional, que aconseja apostar por estadios de titularidad privada.
Un informe técnico de 2019 ya había señalado problemas estructurales graves en Mendizorroza, incluyendo grietas, fisuras y humedades. A pesar de que estos defectos no comprometen la seguridad del recinto, sí refuerzan la idea de que el estadio necesita una intervención profunda para mantenerse operativo. No obstante, el club ha dejado claro que no invertirá más recursos en esta infraestructura.
Arrazua-Ubarrundia como ubicación preferida
La construcción del nuevo estadio se plantea en las inmediaciones del Buesa Arena, el pabellón del Saski Baskonia, y del complejo deportivo Bakh, ambos gestionados por el Grupo Baskonia-Alavés. Este emplazamiento, en el municipio de Arrazua-Ubarrundia, permitiría centralizar las instalaciones deportivas del grupo, integrando también la universidad privada EUNEIZ y el futuro estadio.
Los terrenos propuestos son actualmente zonas agrarias que albergan viveros. Además, Arrazua-Ubarrundia, con poco más de 1.000 habitantes, no tiene plena capacidad para decidir sobre un proyecto de esta envergadura. Por ello, la aprobación del estadio dependerá de la intervención de la Diputación Foral de Álava, que tiene competencias sobre el desarrollo urbanístico de municipios pequeños como este.
Otro factor a tener en cuenta es que la ubicación propuesta está fuera del término municipal de Vitoria-Gasteiz, con lo que dejaría al Ayuntamiento fuera de juego en este ámbito.
La afición y el debate sobre el traslado
La posible construcción del nuevo estadio ha generado división entre la afición del Deportivo Alavés. Por un lado, una parte de los seguidores del club ve con buenos ojos la creación de unas instalaciones modernas que garanticen la competitividad del equipo. Por otro lado, muchos aficionados rechazan abandonar Mendizorroza, un recinto cargado de historia y sentimentalismo para la masa social albiazul.
En septiembre de 2024, una iniciativa llamada «Mendi No Se Mueve» lanzó una campaña de firmas en la plataforma Change.org para mostrar su rechazo al traslado del estadio.
Apoyo institucional
El éxito del proyecto del nuevo estadio depende en gran medida del respaldo de las instituciones públicas. El Grupo Baskonia-Alavés estima que la construcción costará unos 100 millones de euros, una cifra que el club planea financiar en parte con los fondos provenientes del fondo de inversión CVC Capital Partners. Sin embargo, la implicación económica de la Diputación Foral de Álava, el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Vitoria será crucial para completar la inversión necesaria.
Ramiro González, Diputado General de Álava, ha expresado en varias ocasiones la necesidad de que el Deportivo Alavés cuente con un estadio moderno y funcional. En 2023, González afirmó que un proyecto razonable tendría el apoyo de la Diputación, y en julio de 2024 subrayó las limitaciones de reformar Mendizorroza, sugiriendo que quizás era el momento de apostar por una nueva infraestructura.
Por su parte, Maider Etxebarria, alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, ha mantenido una postura más prudente. Aunque en 2019 mostró su apoyo a la reforma de Mendizorroza, en los últimos meses ha insistido en respetar los tiempos del club y en la necesidad de analizar todas las opciones antes de tomar una decisión definitiva.
La construcción del estadio en Arrazua-Ubarrundia permitiría al Grupo Baskonia-Alavés consolidar una ciudad deportiva única en Álava. Junto al Buesa Arena, el Bakh y EUNEIZ, el nuevo estadio completaría un núcleo deportivo que serviría no solo para la competición, sino también para la formación y el desarrollo de talento a nivel local e internacional.