El pleno del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, celebrado ayer viernes, estuvo marcado por la moción del Partido Popular que pedía paralizar de forma inmediata y definitiva el centro de refugiados que se está construyendo en el barrio de Arana. La propuesta no prosperó: todos los grupos votaron en contra, dejando al PP completamente solo. Pero el centro de la polémica no fue solo la moción, sino las formas, el discurso de Marta Alaña y un fantasma conocido que volvió a sobrevolar el salón de plenos: el de Javier Maroto.
La concejala popular defendió su propuesta con una larga intervención en la que cargó duramente contra el Gobierno central, el modelo de acogida y también, esta vez de forma clara y directa, contra el PNV. Acusó a los jeltzales de haber “comprado” el modelo social de la izquierda y advirtió que “en cuanto se descuiden, les van a cambiar de socio a Bildu”. “¿Qué modelo vasco?”, lanzó con ironía, “¿el de fiscalidad que tiene el PNV? ¿El modelo social, el modelo económico? Es que andan como pollos sin cabeza”.
Pero lo que más crispación generó fue el fondo de su discurso sobre el centro de refugiados. Aseguró que “Vitoria, con 261.000 habitantes, va a albergar el centro ministerial más grande de toda España, con un tamaño inasumible”. Alertó de que, con la rotación prevista, “nos enfrentamos a 700 nuevas personas con necesidad todos los años que van a llamar a la puerta”, y que eso se sumará a unos servicios públicos “totalmente saturados”.
“No me digan que esto es racista. Esto es la realidad que tenemos”, insistió. Y remató con una frase que ha provocado fuertes reacciones: “Con el buenismo no se da de comer”.
El tono y el contenido del discurso de Alaña hicieron que varios grupos recordaran a Javier Maroto, exalcalde de la ciudad, cuyas declaraciones sobre la comunidad magrebí en 2014 desataron una fuerte polémica. Elkarrekin y EH Bildu no dudaron en señalar la continuidad entre aquel discurso y el del PP actual.
Garbiñe Ruiz (Elkarrekin) fue clara: “Saben utilizar muy bien los miedos. Lo han hecho antes y lo hacen ahora. Esto ya lo vivimos con Maroto”. Criticó también las recientes palabras de Javier de Andrés, presidente del PP vasco, que dijo echar en falta que en el reparto de inmigrantes “ninguno vaya a Marruecos”. “Eso es supremacismo. Eso es racismo”, afirmó. “Y sus discursos deberían quedarse fuera de este Ayuntamiento”.
Desde EH Bildu, Alberto Porras acusó al PP de haber presentado una moción “con un claro sesgo racista” justo el 21 de marzo, Día Internacional contra la Discriminación Racial. “Es de racista de pata negra”, dijo. También acusó a Alaña de “despojar de memoria a las personas migradas” con su frase: “Los que vienen no tienen memoria”. “Eso les define”, sentenció.
Desde el equipo de gobierno, el PNV, por medio de Lucho Rojero, defendió la necesidad de avanzar hacia un modelo vasco de acogida, más descentralizado y basado en la integración. Aunque dejó claro que no comparten el diseño del centro planteado por el Estado, denunció también el discurso del PP: “La migración no es coyuntural, es estructural. Y lo primero son las personas”.
El concejal socialista Pascual Borja respondió a Alaña acusando al PP de “confundir intencionadamente inmigración con asilo” y de utilizar el tema para “generar miedo”. Le recordó además que el derecho de asilo está recogido en la Constitución y en tratados internacionales, y que su moción “solo puede interpretarse como una negación de derechos”.
La moción del PP fue rechazada. El centro de Arana sigue adelante.