La nueva tienda de Culinarium ya está en marcha en pleno centro de Vitoria-Gasteiz. La compañía, con más de 150 años de historia, ha elegido la calle Dato para continuar su expansión en el norte.
«Vitoria nos ha acogido superbién», reconoce Carles Montori, responsable de la tienda, satisfecho por el primer contacto con la ciudad. “Nos hemos dado cuenta de que aquí la gente disfruta cocinando, le gusta comer bien, y eso se nota”. Esa conexión directa con la gastronomía local ha sido una de las razones que les ha llevado a instalarse aquí.
«Nuestro plan de expansión está muy enfocado al norte», explica. «Ya estamos en Bilbao, Pamplona, Huesca, Logroño… y en septiembre abriremos en Donosti. Es una zona con una cultura culinaria espectacular».
Más que una tienda de cocina
Desde fuera, puede parecer una tienda de utensilios, pero su enfoque va mucho más allá. “Queremos cubrir toda la experiencia de cocinar, desde ir a hacer la compra hasta llevarte la comida al trabajo”, cuenta Montori.
En las estanterías de Culinarium se mezclan sartenes, ollas, moldes, carros de la compra, bolsas reutilizables, recipientes para conservar alimentos y accesorios para llevar comida. Todo pensado para que cocinar en casa sea cómodo, saludable y respetuoso con el entorno.
“Solo nos falta vender vitrocerámicas, y ya tendríamos todo lo necesario”, bromea.

Lo que más se vende (y lo que más preguntan)
Las sartenes de acero inoxidable están siendo el producto estrella. “La gente ha cambiado el chip”, señala Montori. “Ya no cocinan con antiadherentes, están volviendo a lo de antes. Nos piden consejo sobre cómo usarlas, cómo evitar que se pegue la comida”.
También hay muchas preguntas sobre las ollas a presión. “Hay personas menores de 50 años que no saben cómo funcionan. Nosotros intentamos explicar que no solo cocinan más rápido, sino que gastan menos energía, conservan mejor los nutrientes y ayudan al planeta”.
Una cocina que transforma
Montori defiende que cocinar puede cambiar el mundo. “La revolución empieza por uno mismo, por las decisiones que tomas cada día”. “Si compras a un productor local en lugar de ir al supermercado, ya estás haciendo un cambio. Si eliges producto de temporada, también. Cocinar puede ser un acto colectivo, de comunidad, como pasa aquí en Euskadi. Y eso es muy potente”.
Para él, el acto de cocinar no es solo preparar comida. Es también una forma de transmitir valores, compartir momentos y fortalecer lazos. Por eso se posiciona contra la comida precocinada. “Se pierde la parte mágica, la conversación, el vínculo. Cocinar juntos refuerza la comunidad y también te cuida”.

Una clientela con un perfil definido
En cuanto al tipo de público que suele visitar sus tiendas, Montori lo tiene claro. “El 70% son mujeres de entre 40 y 65 años. No siempre son las que cocinan, pero sí las que deciden qué se compra en casa”. Aunque insiste en que cada vez hay más hombres tanto como clientes como en el personal de tienda.
Las ventas también reflejan las diferencias culturales. “En el norte se nota la tradición del guiso. Se venden más ollas a presión, más cazuelas. Hay una conexión clara con la cocina de siempre”.
Contratación local y compromiso con el entorno
El equipo que atiende en la tienda es de Vitoria-Gasteiz. “Todo el personal es de aquí”, asegura Montori. “Algunos llevan semanas formándose con nosotros. Queremos que las tiendas las gestionen personas del propio lugar, que conozcan bien a la clientela”.
También buscan proveedores locales. “Si alguien ve esta entrevista y cree que puede ofrecernos producto de aquí, estaremos encantados de escucharlo. Nos interesa mucho sumar gente que comparta nuestra forma de ver la cocina”.

Una historia con raíces
Culinarium nació en Tàrrega en 1863, con una pequeña tienda familiar que vendía productos culinarios bajo el nombre de Casa Delfín. Con el paso del tiempo empezaron a distribuir a restaurantes y, en 1996, dieron el salto al cliente particular. Así nació la marca actual.
“El gran impulso ha llegado en los últimos siete años, con veinte nuevas tiendas. Pero la esencia es la misma: nos apasiona la cocina. Y eso se nota. Solo quien sabe cocinar puede aconsejar bien”, afirma Montori.
La tienda de Vitoria-Gasteiz abre de lunes a sábado, de diez a dos y de cinco a ocho y media.







