El proyecto para la conexión en el tren de alta velocidad entre Burgos y Vitoria-Gasteiz se enfrenta a un escenario incierto. El Ministerio de Transportes ha reconocido que el trazado podrá seguir modificándose hasta que se aprueben definitivamente los proyectos constructivos, lo que abre la puerta a nuevos retrasos en la planificación.
Con 96 kilómetros de trazado divididos en siete tramos, la conexión de alta velocidad avanza a distintas velocidades y ya ha tenido que adaptar los plazos en algunos sectores. Uno de ellos acumula un retraso de 15 meses, pero no será el único: el propio Ministerio no descarta más demoras por ajustes técnicos, estudios geológicos, exigencias ambientales o problemas administrativos.
Transportes ya da por roto el calendario de 2026
El ministro Óscar Puente había anunciado su intención de tener todos los tramos licitados antes de que acabe 2026, pero ese objetivo ya no se cumplirá. Al menos uno de los tramos ha tenido que ser fragmentado en dos, y el calendario de contratación se ha desplazado más de un año.
Según ha explicado el Ministerio en una respuesta parlamentaria, los cambios en el diseño seguirán siendo posibles mientras no se aprueben definitivamente los proyectos, y dependerán de estudios de detalle, toma de datos en el terreno y coordinación con otras administraciones.
Adif ya ha aprobado siete modificaciones
La complejidad técnica del proyecto se traduce en correcciones constantes. Adif, el organismo encargado de redactar los proyectos, trabaja actualmente en cinco lotes y ya ha introducido siete modificaciones en apenas medio año. Los cambios afectan desde la longitud de los viaductos hasta la necesidad de rehacer cálculos estructurales.
Aunque se trata de ajustes comunes en obras de esta magnitud, confirman que la hoja de ruta inicial ya no es válida. Cada modificación implica más trámites, revisiones técnicas y, en muchos casos, una ampliación de plazos.




