El espacio de Martin Ttipia, en pleno Casco Viejo, ha reabierto este lunes tras una reforma completa que ha recuperado un enclave histórico para adaptarlo a las necesidades actuales del barrio. La intervención ha dado forma a un entorno pensado para el uso diario, el descanso y el juego.
Los trabajos se han centrado, por un lado, en la renovación total de la plaza situada entre las antiguas neveras, el cantón de la Soledad y la parte trasera del edificio de Fray Zacarías. El antiguo pavimento ha sido sustituido por un nuevo diseño con parterres llenos de flores, bancos, gradas y una zona infantil completamente equipada. Esta incluye columpios y un castillo de juegos anclado a la muralla, con un gran tobogán cerrado. Además, uno de los torreones se ha acondicionado como mirador, ofreciendo una vista elevada del Casco Medieval.

Nuevo acceso hacia Montehermoso
La segunda parte de la actuación se ha centrado en el tramo final del Jardín de la Muralla. Se ha habilitado una nueva salida peatonal que conecta de forma directa con el Palacio de Montehermoso. Esta conexión permitirá recorrer cómodamente uno de los tramos más emblemáticos del centro histórico de la ciudad. Solo resta la colocación del cierre y la barandilla final para dar por finalizado el proyecto.

Un entorno más accesible y amable
El nuevo Martin Ttipia ofrece espacios más tranquilos y accesibles, con zonas verdes que invitan al descanso y al encuentro. La intervención mejora la continuidad peatonal del barrio y amplía la presencia de infraestructuras destinadas a las familias. Se trata de un espacio pensado para jugar, pasear o sentarse a disfrutar del entorno, en una zona que históricamente había contado con menos lugares de estancia.




