Hacer copartícipe a la sociedad en la conservación de la biodiversidad y, más concretamente, del avión zapador, un pequeño ave cuya presencia en Álava está amenazada. Este es el objetivo final del proyecto de conservación impulsado por la Diputación Foral de Álava y la Fundación Eroski, que ha encontrado a cerca de 70 aliados de Vitoria-Gasteiz y Elburgo el pasado fin de semana.
El proyecto comenzó con la firma de un convenio entre ambas entidades en julio de 2018, con el compromiso de destinar a la conservación del avión zapador un total de 10.000 euros. Los 5.000 euros que aporta la Fundación Eroski proceden de la venta de botas de plástico reutilizables como alternativa al vidrio en las fiestas de Gasteiz. Los otros 5.000 euros los aporta directamente el Departamento de Medio Ambiente y Urbanismo de la Diputación Foral de Álava.
Alteración de los taludes de arena
El mayor problema al que se enfrenta el avión zapador es la alteración de los taludes de los ríos donde anida. Requiere de paredes arenosas donde excavar sus nidos y establecer sus colonias, y por tanto de meandros dinámicos que generen nuevos taludes cada año. Es por ello que se han construido cajas anidaderas para esta especie, una iniciativa que ha funcionado con gran éxito en otros lugares de Europa.
Anillamiento de aves
Así, este fin de semana, más de 70 personas han participado en el anillamiento de las aves. Aunque los aviones zapadores aún no han regresado de su invernada al sur del Sáhara, las actividades del fin de semana les han permitido conocer a muchas especies del territorio.
No en vano, las anillas sirven para conocer sorprendentes historias de las aves. Como muestra, un diminuto mosquitero ibérico, un pajarillo anillado 7 años atrás en Salburua. Este migrante transahariano pesa sólo 7 gramos, y ha realizado con éxito su viaje migratorio al Sahel africano al menos 6 veces, nada menos que 42.000 kilómetros.