La sombra del ‘tamayazo’ recorre el PSOE a pocas horas de que salga adelante el primer gobierno de coalición de la democracia, una situación que está creando tensión entre las filas socialistas y de los socios del futuro gobierno, Podemos.
Este gobierno -llamado progresista- tendrá unos apoyos muy justos ya que Ana Oramas (Coalición Canaria) ha decidido romper la disciplina de partido para votar «no» a Sánchez en vez de abstenerse, tal y como había decidido su formación. Si nos dejamos guiar por los votos del debate de investidura del domingo, habrá 167 votos a favor y 165 en contra.
La sombra de un hipotético ‘tamayazo’ está haciendo que los partidos que han decidido abstenerse (EH Bildu y ERC) puedan tener en sus manos la decisión final de que el Partido Socialista y U-Podemos gobiernen. EH Bildu dispone de 5 diputados mientras que ERC de 13.
Jon Iñarritu declaró el lunes en Catalunya Radio la necesidad de crear un «plan anti-tamayazo»: «Las fuerzas que vamos a abstenernos para no bloquear la investidura quizás tendríamos que decidir llevar a cabo un plan«. En este plan se contempla que las fuerzas soberanistas puedan cambiar su abstención por un «sí» para evitar «ese sabotaje de las extremas derechas«.
Acoso y derribo
Que la derecha no puede ni ver un gobierno compuesto ya se sabe. Por ello, han llevado a cabo una campaña de llamadas, mensajes y correos electrónicos pidiendo votar «no» a varios dirigentes socialistas y de formaciones que votarán «sí» a este nuevo gobierno. Una situación que ha hecho que el PSOE haya, prácticamente, obligar a sus miembros a dormir en Madrid está pasada noche para asegurar su presencia en la segunda votación.