La Diputación Foral de Álava, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Álava (UAGA) y el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, se han aliado para dar respuesta a la acuciante necesidad de trabajadores temporeros, de cara al inicio de varias campañas de trabajo en el sector agrícola alavés. La idea surgió ante el cierre de fronteras y las limitaciones de movimiento provocadas por el COVID-19 que han provocado que los agricultores del Territorio Histórico de Alava no vayan a poder contar con su mano de obra habitual. Para hacer frente a ello, la Diputación, UAGA y Lanbide ya están ultimando poner en marcha un proceso de selección entre las personas del entorno más cercano. Hay que recordar que muchos de los trabajadores que llegan a Rioja Alavesa son contratados en origen, fundamentalmente Marruecos.
Hasta ahora, la UAGA ejercía como principal proveedor de temporeros con una media anual de 300 personas por campaña, mientras que el resto de contrataciones se llevaba a cabo de manera privada. En esta ocasión, con las complicaciones que se prevén en la contratación directa, las primeras estimaciones dicen que serán más de 500 las personas que serán necesarias en esta temporada. Así, los tres agentes implicados buscan captar trabajadores locales de la mano de Lanbide y con ello, evitar grandes desplazamientos de temporeros. Cabe recordar que en este momento, se permite compatibilizar la prestación por desempleo o demás prestaciones sociales o laborales como la RGI con el desempeño de tareas agrarias.
Mientras se ultiman los detalles, la Diputación Foral de Alava, UAGA y Lanbide trabajan, junto con Hazi, en el diseño de una rápida formación, al esta suspendida cualquier actividad educativa presencial. Esta formación consistirá en videos cortos o píldoras a través de móvil, incluso en árabe. Asimismo, preparan EPIs que garanticen la seguridad del trabajador en el campo.
Poda verde
Rioja Alavesa, pero también Ayala, afrontan durante las próximas semanas las labores de poda verde, unos trabajos que durarán hasta aproximadamente finales de junio y que habitualmente se llevan a cabo con grupos de jornaleros profesionales que se mueven por el Estado español y por países limítrofes de campaña en campaña.
Se trata de una fase clave en el proceso de la vid, con una primera poda en la que se suelen eliminar los brotes improductivos reduciendo el vigor de la planta para potenciar los brotes más adecuados para su floración. Además, como la poda en verde supone eliminar vegetación de la plantas, favorece la sanidad, la aireación e insolación; y en consecuencia, la óptima maduración de los racimos y por tanto la calidad.
La gente no entiende que se busquen 500 temporeros cuando pagamos la RGI, con mucho esfuerzo, a 52000 beneficiarios.
Demando a nuestros políticos un poco de coherencia a la hora de gastar el dinero público y más exigencia a quienes llevan lustros cobrando sin devolver nada a cambio.