
La próxima semana se aprobará en Consejo de Ministros el Ingreso Mínimo Vital. En palabras de Pedro Sánchez: “una medida histórica en nuestra democracia para que nadie se quede atrás y que además ha sido un compromiso desde el inicio de andadura de este gobierno de coalición”. La puesta en marcha de este ingreso mínimo vital puede amparar a cuatro de cada cinco personas en situación de pobreza severa. Beneficiará cerca de 850 mil hogares, de los que la mitad tienen niños a cargo. En España -según datos de la ONG Save The Children- hay más de dos millones de niños y niñas que sufren pobreza.
La cuantía del ingreso mínimo vital dependerá del número de miembros de cada hogar. Se analizarán las rentas que tiene cada hogar y el ingreso mínimo vital cubrirá la diferencia hasta alcanzar el ingreso mínimo que corresponda a ese hogar por el tamaño de la familia. “Es vital frenar y reducir la pobreza y especialmente la pobreza infantil en nuestro país” ha insistido Sánchez este sábado en la rueda de prensa. Este ingreso empezará a cobrarse el próximo mes de junio, a medida que se vayan tramitando las solicitudes
“Ni el Gobierno ni la sociedad española van a mirar para otro lado mientras nuestros compatriotas formen colas para comer, como estamos viendo desgraciadamente en algunas urbes de nuestro país”.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España
Las personas que se podrán beneficiar del IMV serán las que no han tenido acceso a ninguna de las ayudas que ha puesto en marcha el Gobierno desde el pasado 14 de marzo, que ya cubren -según el Gobierno- al 30% de la población activa: unos seis millones de personas.
Para poder acceder a esta ayuda será necesario tener residencia legal y efectiva en España durante al menos el año anterior a la presentación de la solicitud. Habrá que ser mayor de 23 años y menor de 65, carecer de ingresos y no tener una vivienda valorada en más de 100.000 euros.
La cuantía económica mensual oscilará entre los 462 y los 1.015 euros, todo dependiendo de cuántas personas formen la unidad familiar. Las cantidades fijas no se sabrán hasta el martes.
El estudio de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal
La evolución del sistema de garantía de ingresos en las tres últimas décadas ha estado marcada por su expansión. Además, esta expansión supone un volumen y una complejidad considerablemente superior en el momento actual que a principios de los años noventa. Las cifras de gasto también crecieron después de un largo periodo de estabilidad en la etapa anterior al inicio de la crisis, con un veloz crecimiento desde 2008 hasta alcanzar su máximo histórico en 2010 (cerca de 22.000 millones de euros). A partir de esa fecha se inició un paulatino descenso del gasto ejecutado mientras que el número de unidades beneficiarias se mantuvo más o menos estable hasta una vez iniciada la recuperación económica, por lo que el sistema perdió intensidad protectora.
Su limitada incidencia también se confirma cuando se calcula la relación entre el gasto en estas prestaciones y el PIB. Hay, sin embargo, prestaciones con un alto número de unidades beneficiarias, aunque con cuantías muy bajas. Es el caso de las prestaciones por hijo a cargo, fundamentales en otros países, pero con niveles muy bajos en España, que han seguido una evolución marcadamente anticíclica. Destaca también la sobrerrepresentación del gasto en subsidios de desempleo como otro rasgo anómalo respecto a lo que sucede en los países de nuestro entorno.
Además, el sistema de ingresos mínimos en España está fraccionado y presenta disparidades territoriales. Los problemas de desigualdad territorial y de falta de cobertura de la parte de la última red que compete a las comunidades autónomas se unen a los tres grandes problemas de las prestaciones asistenciales del gobierno central, que son la fragmentación, las bajas cuantías y los huecos que dejan fuera del sistema a determinadas categorías de la población.
AIReF ha publicado un estudio en el que se incluye un modelo para explicar la dependencia de los individuos en los programas de rentas mínimas de las comunidades autónomas. El análisis ha abarcado el período 2005-2017 a partir de variables personales (y de su hogar) además de las características propias de los programas de los que son beneficiarios.
Los principales resultados que se desprenden del análisis muestran la diversidad de factores que afectan a la cronificación de los beneficiarios en los programas:
- Los hogares sin ingresos (excluyendo la renta mínima) tienen una mayor probabilidad de ser muy dependientes.
- Las mujeres tienen una mayor probabilidad de estar en niveles elevados de dependencia.
- Los hogares unipersonales y monoparentales muestran una mayor probabilidad de sufrir dependencia con respecto a los que viven en pareja.
- Las personas sin estudios universitarios muestran una mayor dependencia.
- Las personas que están casadas o tienen pareja de hecho suelen ser menos dependientes que aquellas que están solteras, separadas o viudas.
- Percibir cuantías elevadas de ayudas por el programa aumenta la probabilidad de ser muy dependiente.
- Los resultados muestran una evolución positiva en tanto que la dependencia del programa disminuye a lo largo del periodo.
Para mejorar la eficacia de la prestación, la AIReF considera que debe focalizarse claramente en su objetivo principal de reducción de la pobreza. Asimismo, considera deseable que la prestación intente reducir en la medida de lo posible los desincentivos y distorsiones en el mercado laboral.