80 instantáneas correspondientes a los diferentes premios y nominaciones de este prestigioso certamen, en su edición del año pasado.
El CEA inaugura en Ataria la muestra European Photographer of the Year 2019, que permanecerá abierta, con carácter gratuito, desde este fin de semana y hasta el próximo 31 de enero de 2021. El horario de visitas se desarrollará de martes a domingo, de 11.00 a 13.00 y 16.00 a 19.00 horas, mientras que los lunes el Centro permanecerá cerrado por descanso semanal.
El concurso Fotógrafos de la Naturaleza lo organiza la GDT -Gesellschaft Deutscher Tierfotografen (Sociedad Alemana de Fotógrafos de la Naturaleza)- desde el año 2001, y hoy en día cuenta con la participación de unas 18.000 fotografías provenientes de alrededor de 30 países europeos. Tanto el certamen como el propio montaje expositivo que puede visitarse en Ataria están distribuidos en nueve secciones, cada una de ellas con un ganador, un finalista y ocho menciones de honor, salvo la sección de Jóvenes Fotógrafos, en la que se muestran cuatro fotografías y se divide en dos subsecciones por edad (participantes hasta 14 años y entre 15 y 17, respectivamente).
Además, se otorga el premio European Wildlife Photographer of the Year a la que, según el jurado, es la mejor fotografía, que este año recayó en el español Eduardo Blanco Mendizábal, con la fotografía titulada El fantasma. Una foto cuyo protagonista es un lince ibérico y que casi ninguno de nosotros presenciará, no solo porque el lince es un animal muy tímido sino también porque es una especie extremadamente rara en la actualidad. Además de las sobresalientes cualidades técnicas y el poder expresivo de la muestra en su conjunto, la instantánea se capturó en un momento único: el anochecer.
Hay que recordar que la fragmentación del hábitat es uno de los principales factores que limitan la distribución de este mamífero, así como el intercambio entre poblaciones, y cómo esta amenaza no afecta solo al lince sino también a otras muchas especies como el gato montés o la nutria.

Todas las fotografías presentadas a concurso han sido tomadas con gran paciencia y persistencia. Reflejan la diversidad y la belleza única de la naturaleza, de plantas y animales; muestran hechos sorprendentes, nos impresionan con su claridad o dinámica. Los fotógrafos participantes han demostrado una vez más sus habilidades y buen ojo para los aspectos esenciales de sus sujetos, ya sean paisajes o detalles de especies individuales. Pero un ojo experimentado y mucha paciencia no son características exclusivas de los fotógrafos: es lo que todo observador de la naturaleza necesita. Estas son cualidades de quienes aportan sus conocimientos y observaciones a los programas de monitoreo y conteos poblacionales, que nos informan sobre la biodiversidad y la calidad de los hábitats.
Por eso, desde Ataria esperamos que estas poderosas fotografías inspiren a muchos a salir más a menudo y mantener sus ojos y oídos abiertos para encuentros especiales con la naturaleza. Fiel al lema “Las personas solo protegen lo que han llegado a conocer”, este podría ser el punto de partida de la participación en la conservación de la naturaleza. En vista del continuo declive de especies, esto es tan urgente como nunca antes.