Año tras año, el mes de febrero se inicia con la celebración del día de San Blas. Distintas localidades repartidas por toda la geografía vasca rinden tributo cada 3 de febrero a este santo protector de los males de garganta. Hay dos elementos indispensables en torno a esta festividad que no pueden faltar: cordones de algodón de distintos colores y dulces dedicados a San Blas.
Según la tradición, si ambos se bendicen ante el santo, se coloca el cordón al cuello durante los 9 días posteriores y tras este tiempo se quema, el santo nos protegerá de enfermar de cualquier afección de garganta.
Ferias
Aparte del sentido religioso de la festividad, San Blas adquiere también en Euskadi un toque más rural. Concretamente, varios municipios vascos celebran este día con ferias agrícolas y ganaderas dedicadas al santo. Así, el 3 de febrero, Laudio acoge una feria llena de actividades: exposición y venta de productos agrícolas y artesanos, deporte rural, elaboración de morcillas, espectáculos de danza y música, un homenaje a los baserritarras de la zona, degustación de castañas… Uno de los platos fuertes de la jornada es la quema y el raspado del cerdo. Este año 2022, a cuenta de la pandemia, el Ayuntamiento ha decidido suspender la tradicional feria.
En el marco de la feria también se celebra el Concurso Gastronómico de Txarripatas (manos de cerdo). Por otro lado, en diversas localidades guipuzcoanas como Eibar, Soraluze o Elgoibar, se preparan deliciosas tortas de San Blas.
Pero sin duda, es en Bizkaia donde la tradición del día de San Blas está más extendida. La feria agrícola, ganadera y artesana que tiene lugar en Abadiño, y que en 2021 ha sido cancelada, es una de las más importantes, ya que congrega cada año a centenares de visitantes. Además de contemplar la muestra de ganado, todos aquellos que se acerquen al municipio de Durangaldea podrán adquirir hortalizas, frutas, queso, txakoli, pan, miel, plantas y productos de artesanía. Por si esto fuera poco, se organizan actividades especiales para los más txikis de la casa, herri-kirolak, espectáculos de bertsolaris y exhibiciones de arrastre de piedras con bueyes.
Otros municipios de Bizkaia como Barrika o el barrio Axpe de Busturia también homenajean a San Blas.
Receta
El día 3 de febrero se celebra San Blas y en muchos lugares de Euskadi es tradición preparar estas deliciosas tortas de anís.
El día de San Blas (protector de los males de garganta), que se celebra el 3 de febrero, es habitual consumir la torta de San Blas o San Blas opilla. Parece que la costumbre de elaborar y bendecir las tortas tiene su origen en Eibar. Tradición que a lo largo del tiempo se ha seguido transmitiendo de madres a hijas. En la actualidad, muchas pastelerías guipuzcoanas ofrecen las tortas de San Blas. Según dicen, comer las tortas bendecidas protege durante un año de sufrir males de garganta.
Ingredientes (6 personas):
- 465 g de harina
- 1 sobre de levadura
- 100 g de azúcar
- 1 huevo
- 185 g de mantequilla
- 25 ml de leche
- 1 chorrito de anís (1/2 copa)
- 40 ml de aceite de oliva virgen extra
- Para cubrir:
- 6 cucharadas de azúcar glas (250 gr)
- 2 claras de huevo
- 1 chorrito de anís
- 4 onzas de chocolate
Para hacer la masa de la torta, pon en un bol el huevo, el aceite, el anís y la leche. Bate y añade la mantequilla a punto de pomada. Remueve con las manos. Mezcla la harina con la levadura y el azúcar en un bol aparte y agrégala. Amasa en el bol y cuando consigas una bola compacta, pásala a una superficie limpia, añade otro chorro de anís y sigue amasando hasta conseguir una masa compacta, suave y flexible.
Coloca la masa sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear y dale forma redonda con un rodillo. Déjala reposar un rato. Con la parte trasera de un tenedor, aplasta el borde haciendo muescas alrededor de toda la torta. Hornea a 160ºC durante 20 minutos hasta que esté dorada por la parte de abajo.
Prepara el glaseado para cubrir. Pon en un bol las claras de huevo con el azúcar y el anís. Mezcla bien y extiende por encima de la torta. Introdúcela en el horno y aprovecha el calor residual de haber horneado la torta para secar el glaseado.
Haz un cucurucho con papel de hornear y hazle un agujerito fino en la punta. Derrite el chocolate, introdúcelo en el cucurucho y escribe encima de la torta «San Blas». Deja endurecer y sirve la torta de San Blas.