La organización Lista Roja del Patrimonio ha añadido a su registro el Palacio de los Álava Esquibel por el «deterioro general del edificio y peligro de derrumbe» de la propiedad del ayuntamiento de Tanger. Según detallan, en la actualidad se encuentra en grave peligro de desprendimientos. Además, se ha colocado una red de protección a lo largo de todo el edificio, el cual que se encuentra muy deteriorado.
Historia del palacio
Según detalla listarojapatrimonio.org, el palacio fue mandado construir por Pedro Martínez de Álava y María Díez de Esquivel a finales del Siglo XV (alrededor de 1488). Posteriormente, fue terminado bajo la dirección de su hijo, Diego de Álava y Esquivel, en 1535. El edificio ha sufrido numerosas modificaciones, siendo difícil saber cuál era su estado original. En 1868 se solicita permiso al Ayuntamiento para reformar la fachada principal, tras la ampliación de 1865 llevada a cabo por el heredero Ricardo de Álava.. En 1891 se produjo, asimismo, un derribo en el ala norte, la cual requirió su reconstrucción.
A comienzos del siglo XX, en línea de lo que sucedió con otras casonas del Casco Viejo de Vitoria-Gasteiz, la propiedad del edificio decidió cambiar su configuración para distribuirlo en varios apartamentos, con dos portales que albergan ocho grandes pisos en el edificio central y cuatro más en el ala izquierda. Actualmente, el Palacio sigue ocupado por viviendas y sus inquilinos, pero en clara decadencia debido a la falta de restauración y cuidado.
Se trata de un edificio renacentista medianero, flanqueado por dos torres y formado por tres plantas, cuyas fachadas principal y posterior se orientan a las calles Zapatería y Herrería, respectivamente. Su fachada principal es la más antigua y se apareja en sillería (destacando los escudos de la heráldica familiar), mientras que la secundaria presenta el muro de mampostería y las zonas nobles de sillería. En el frente principal encontramos la siguiente distribución: planta baja, entreplanta y piso noble.
El acceso se sitúa en la planta baja y se realiza a través de una doble puerta rematada con arcos de medio punto de grandes dovelas. La entreplanta, sobre el zaguán, se ilumina con dos ventanas en falso arco conopial y la planta superior presenta cuatro amplias ventanas que carecen de mayor interés; no obstante, en sus marcos observamos curiosas molduras de bolas y flores, típicas de la época.
Por su parte, el ala lateral (donde se encontraba la logia), sufrió una profunda modificación en el Siglo XIX. A modo de remate encontramos una destacada cornisa formada por la alternancia de secciones cóncavas y convexas. Los mayores cambios se producen en la fachada posterior, hoy muy desfigurada, donde encontramos un jardín.