El Ayuntamiento de Vitoria ha presentado una Guía de Prevención del Suicidio de la Red BIZAN que sirve de ayuda a las trabajadoras y técnicos de estos centros para detectar y actuar ante conductas suicidas en las personas mayores. Esta medida se ha tomado después de que varios profesionales de los BIZAN vivieran episodios de suicidio en personas usuarias, se decidió elaborar una guía –alineada con la Estrategia de Prevención del Suicidio en Euskadi-, que abordara esta problemática y sirviera de apoyo a los y las profesionales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que el suicidio es un problema que en la mayoría de los casos se puede prevenir y cuyo abordaje es una prioridad. En las personas mayores, los comportamientos suicidas crecen a partir de los 70 años, siendo su incidencia el doble en hombres que en mujeres.
La guía enseña a identificar señales de alarma que denotan un riesgo inminente de suicidio como son la tendencia al aislamiento o un interés inusual por la muerte. También dice cómo actuar en esas situaciones. En este sentido, el concejal de los servicios sociales municipales asegura la importancia de “escuchar a la persona afectada, demostrar que nos importa y hablarle adecuadamente, sin juzgar ni criticar, además de ofrecer apoyo emocional y buscar ayuda profesional”.
La publicación también ofrece pautas para acercarse a la persona con ideas suicidas y así conocer en qué momento está o cuál es su nivel de determinación. Por otra parte, dedica un apartado a la intervención ante el duelo y al apoyo a las personas supervivientes: familiares y amigos de la persona suicidada.
Formación
La Guía de Prevención del Suicidio de la Red BIZAN va acompañada de un proceso de formación del personal de los centros –cerca de 120 personas- que mañana vivirá una jornada en el salón de actos de las oficinas municipales de San Martín, donde se presentará este recurso al equipo profesional de los BIZAN y resolverán sus dudas. Contará con la participación de los psiquiatras Juan Montoro, responsable facultativo de la Unidad de Gestión Sanitaria de la Red de Salud Mental de Araba, y Andrea Gabilondo, miembro del equipo de coordinación de la Estrategia de Prevención del Suicidio en Euskadi.
“Con esta guía y con la formación a nuestras trabajadoras y técnicos no pretendemos realizar una intervención profesional. Para esa tarea ya hay personas expertas como psiquiatras y psicólogos. Lo que queremos es contar con herramientas que ayuden a los centros BIZAN a realizar un trabajo de prevención desde una óptica humanística y con una actitud proactiva”, concluye Jon Armentia.