[OPINIÓN] Se acerca la campaña electoral y me doy cuenta de que deberíamos tener elecciones a los ayuntamientos cada año para ver si así cumplen algo de lo que proponen en su programa electoral y no se asientan cómodamente durante 4 años, esperando el siguiente ciclo para ser posiblemente reemplazados.
Al revisar los programas electorales, todo parece tan ‘BONITO’ que te pones a pensar si su objetivo es simplemente engañar a la ciudadanía. Las campañas electorales no han cambiado en siglos y siempre se reducen a lo mismo: la venta de promesas con escasa voluntad de cumplirlas, dada su limitada viabilidad.
El ciudadano, dispuesto a aceptar las ofertas más insignificantes que le hagan sentir importante, parece ser la diana de estas promesas. Afortunadamente, a diferencia de tiempos pasados, el voto no se compra directamente. Sin embargo, aunque parezca que hemos avanzado, hemos retrocedido, pues el pago en favores generalizados es menos controlable y parece legal, aunque la promesa electoral incumplida claramente no tenga consecuencias.
Un engaño masivo ha reemplazado a un programa político riguroso, pensado en términos de eficacia y realismo. Este engaño parece encantarnos, nos hace tropezar con la misma piedra una y otra vez.
En este caso, y como no sé lo que habrían hecho otros partidos si hubieran gobernado, me centraré en el PNV. En su programa electoral, destacaban puntos importantes como la mejora de los nudos de comunicaciones este-oeste (que pregunten a los vecinos de Zumabide), el soterramiento del tráfico en América Latina (la legislatura acaba y mis ojos no han visto tal cosa), la reordenación del tráfico en Esmaltaciones y Lovaina (ambos un lío constante), y planes específicos de movilidad para las empresas, entre otros.
El PNV propuso electrificar toda la flota de Tuvisa ‘hasta llegar al 100%’. Sin embargo, ahora Vitoria-Gasteiz está en el 60%. Las cuentas no me salen porque si Tuvisa tiene una flota de cerca de 90 autobuses, un 60% significaría que actualmente dispondría de 54 autobuses eléctricos. Pero si solo tiene 13, ya que los híbridos no son completamente eléctricos, no me sorprende que el dinero que esperaban recibir de los fondos de la Unión Europea se haya evaporado.
Además, el PNV sugirió impulsar la economía circular creando un polígono especial en Jundiz (donde las calles se parecen más a una montaña rusa debido a los baches) y rehabilitar el parque de viviendas antiguas para mejorar su eficiencia energética: fachadas, tejados, portales, sustitución de ventanas y ascensores donde no los haya. Todo esto, por supuesto, financiado por nuestros bolsillos, ya que las ayudas son limitadas y no siempre llegan donde se necesitan.
Propusieron la creación de una «ventanilla única» para asesorar y dar información a los vitorianos sobre estudios, trabajo, ayudas y emancipación. Sin embargo, desde la pandemia ya hay una ventanilla única para casi todo, ya sea el Ayuntamiento, la Diputación, los bancos, etc. Por lo tanto, esto no es realmente una novedad.
«Las encuestas apuntan a una alta abstención y a un gran número de personas indecisas (no me sorprende y cada vez habrá más, viendo lo que tenemos). Hay que convencerlas de que somos el partido que garantiza los servicios públicos, el empleo y el avance social y económico», señalan.
Sin embargo, uno de los errores más grandes es juzgar a los políticos y sus programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados.
Por último, a menudo la prensa cercana contribuye al engaño. Solo hay que ver la noticia de hace unos días sobre el BEI que trasladó en marzo de 2023 a 435.336 personas. En mi opinión, esos datos están inflados. Así es como siempre manejan los datos y publican lo que quieren, a pesar de su discurso constante sobre la transparencia.
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