OPINIÓN | El próximo sábado 20 de mayo, nos movilizaremos en las calles de Gasteiz bajo el lema “Lurraren defentsan, Euskal Herria bizirik!”, para manifestar nuestro rechazo a los macroproyectos que agreden el territorio y exigir su paralización
Nos enfrentamos actualmente a una fuerte ofensiva de nuevas infraestructuras industrializadoras de espacios naturales y del entorno rural: centrales eólicas y macropoligonos fotovoltaicos, infraestructuras de Alta Velocidad ferroviaria, lineas de Alta Tensión, nuevos planes de extracción minera, incineradoras, invernaderos industriales y macrogranjas aparecen en el mapa de Euskal Herria, bien como proyectos próximos o como ya ejecutados.
Es absolutamente alarmante cómo los grandes inversores desembarcan nuevamente en nuestro territorio para seguir esquilmando el entorno natural y saqueando los escasos recursos naturales que hasta ahora han sido preservados.
Asimismo, las agresivas intervenciones y la especulación urbanística que afectan al litoral y a las zonas turistificadas están provocando la pérdida irreversible de tierras bajo el hormigón.
Esta progresiva invasión de espacios naturales y tierras de cultivo supone la práctica desaparición de los ecosistemas que vertebran el territorio y sostienen nuestras vidas.
Por si fuera poco, desde los gobiernos se da prioridad a los intereses económicos de las grandes empresas, y desde los parlamentos se están aprobando leyes para facilitar la imposición de los mega-proyectos, como las últimas leyes estatales que restringen los procesos de participación pública y de evaluación de impacto ambiental, o la ley Tapia y su homóloga navarra, que desposeen a los ayuntamientos, concejos y habitantes de los municipios afectados de cualquier poder de decisión.
En los últimos tiempos, bajo la justificación de la crisis energética y del cambio climático, se pretende además llenar nuestra tierra de centrales eólicas y macroplantas solares, que van a afectar irreversiblemente la biodiversidad y destruir espacios de gran valor natural y paisajístico, así como zonas agrícolas y ganaderas indispensables para garantizar las producción de alimentos.
Es preciso rechazar, a este respecto, el modelo de transición energética basado en megaproyectos y en la implantación industrial de las energías renovables que se está imponiendo en beneficio de las grandes empresas energéticas, porque es una huida hacia adelante en aras a seguir manteniendo el crecimiento del capitalismo y el insostenible modo de vida actual.
Por ello, hemos de denunciar con fuerza que el «Plan Territorial Sectorial de las Energías Renovables» aprobado estos días por el Gobierno Vasco convierte a nuestro territorio en un gran tablero de juego favorable a los intereses de los inversores y empresas energéticas, ofreciéndoles 110 emplazamientos para la construcción de centrales eólicas y fotovoltaicas de gran escala.
Precisamente, el Banco Mundial se reunirá del 23 al 25 de mayo en el BEC de Barakaldo para seguir fomentando los nuevos negocios que impulsan las élites económicas bajo el paraguas de la lucha contra el cambio climático. Su único objetivo consiste en seguir saqueando el planeta y captar los miles de millones de euros de los fondos públicos del programa europeo «Next Generation». Términos como «transición energética» o «descarbonización» carecen de significado cuando son utilizados de forma reiterada por los mismos que han provocado la actual crisis ecosocial. Poner el territorio a disposición de las transnacionales para que implanten sus macroproyectos nos empobrece, nos hace más vulnerables y dependientes.
Por todo ello, es urgente hacer un llamamiento a la organización de todos los grupos y personas en defensa del territorio y a la realización de las acciones y movilizaciones necesarias. La manifestación del sábado es el fruto de la iniciativa en común desarrollada por numerosos grupos y personas que nos estamos moviendo en muchos lugares de Euskal Herria para defender el territorio.
El mantenimiento del entorno natural y de las tierras de cultivo es vital para garantizar la vida. Necesitamos políticas donde las personas decidan y no los intereses del capital; donde se abogue por un modelo de agricultura y ganadería de pequeña escala y se impulse un sistema de transporte público y social; donde el despliegue de las energías renovables se fundamente en la producción descentralizada y el consumo de proximidad. Un modelo, en definitiva, que no atente contra el patrimonio natural y esté orientado hacia el bien común.
¡Los montes, los espacios naturales, la costa y el entorno rural de Euskal Herria no son espacios de conquista del capital! El sábado nos vemos a las 18:00h en la Plaza San Anton de Gasteiz.