
La Inspección de Trabajo del País Vasco ha lanzado una iniciativa para advertir a las empresas sobre los riesgos de la exposición a temperaturas elevadas en el entorno laboral. Con el objetivo de proteger la salud y seguridad de los trabajadores, se enviaron un total de 4.236 cartas a empresas vascas, en las que se destacaban los peligros asociados a altas temperaturas y las posibles consecuencias de no cumplir con las normativas correspondientes. Esta acción se llevó a cabo por segundo año consecutivo en Euskadi y se dirigió especialmente a aquellas empresas con las que no se había establecido contacto en el año anterior.
Trabajos en interiores
En los trabajos en interiores con fuentes de calor, como radiación, conducción y convección, es fundamental evaluar el riesgo de estrés térmico para garantizar condiciones laborales seguras. Para ello, se deben tener en cuenta variables como la temperatura, la actividad del trabajador y la temperatura en la zona de descanso, evitando superar el índice recomendado.
Trabajos en exteriores
En el caso de los trabajos en exteriores, además de las fuentes de calor asociadas a equipos, se debe considerar el sol como una fuente de riesgo de estrés térmico, aplicando medidas similares a las de los trabajos en interiores.
Durante una ola de calor, las condiciones laborales cambian significativamente. Las temperaturas en los lugares de trabajo y las zonas de descanso tienden a ser más altas, incluso con sistemas de climatización, que a menudo no están diseñados para hacer frente a picos extremos de temperatura. Ante una ola de calor, es recomendable realizar evaluaciones de estrés térmico en lugares sin fuentes de calor, para determinar cuándo los trabajadores necesitarían descanso, así como evaluar la necesidad de descanso en trabajos donde el riesgo ya está presente, ajustando los periodos de descanso según corresponda.
En los puestos de trabajo donde existe riesgo de estrés térmico, es fundamental contar con procedimientos de actuación en caso de que la temperatura se eleve. Algunos factores de riesgo que deben considerarse incluyen:
- Pérdida de aclimatación.
- Condición física del trabajador.
- Antecedentes médicos.
- Exposición a altas temperaturas y humedad relativa.
- Falta de ventilación adecuada.
- Exposición directa a los rayos del sol.
- Dificultad para acceder a agua fresca.
- Realización de trabajo físico intenso.
- Pausas de recuperación insuficientes.
- Uso de equipos de protección que dificulten la evaporación del sudor.
- Ropa utilizada.
Además, existen factores de riesgo asociados al lugar de trabajo, a la tarea y al propio trabajador, como la ingesta de ciertos medicamentos, consumo de sustancias como alcohol o cafeína, sobrepeso, edad avanzada, etcétera.
Aumenta el riesgo
Entre los factores de riesgo asociados a la exposición a temperaturas elevadas se encuentran la falta de adaptación previa al calor, la edad (los trabajadores jóvenes y los mayores son más vulnerables), la falta de aclimatación y la existencia de enfermedades o medicaciones que puedan aumentar el riesgo. Por lo tanto, es fundamental que las empresas implementen medidas preventivas y de protección adecuadas para garantizar la salud y seguridad de sus trabajadores.
Algunas de las medidas que se pueden adoptar incluyen la organización del trabajo de manera que se minimice la exposición al calor, como ajustar los horarios de trabajo en días de altas temperaturas, proporcionar descansos regulares en zonas más frescas y sombreadas, y garantizar el acceso a agua potable en todo momento. Además, es importante proporcionar equipos de protección personal adecuados, como ropa y equipos de enfriamiento, así como brindar capacitación sobre los riesgos asociados al calor y cómo prevenirlos.
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