
El gobierno municipal, presidido por Maider Etxebarria, enfrenta su primera crisis tras no conseguir el respaldo necesario para la propuesta fiscal del próximo año. La falta de acuerdo entre los distintos grupos políticos mantiene las tarifas de agua, vehículos, OTA, basura y otras ordenanzas sin cambios.
El Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) buscaban incrementar diversas tasas e impuestos en la ciudad. A pesar de que la administración de Etxebarria consideraba necesaria esta subida, la oposición política manifestó diversas objeciones que detuvieron la propuesta.
EH Bildu y Elkarrekin Podemos, aunque abiertos a un posible incremento, exigían medidas de progresividad fiscal. Garbine Ruiz, de Elkarrekin Podemos, manifestó su desconfianza ante las promesas del ejecutivo municipal, poniendo en jaque las intenciones de Etxebarria y su gobierno. Por su parte, Jon Armentia, Concejal de Hacienda del Partido Socialista, lamentó la posición de Elkarrekin Podemos, insinuando que podrían existir «intereses ocultos» detrás de sus decisiones.
Rocío Vitero, de EH Bildu, se mostró en total desacuerdo con la propuesta fiscal, mientras que Iñaki Gurtuba, del PNV, tildó la actitud de EH Bildu de ser un «ejercicio de adolescentismo» al retirar todas sus enmiendas a la propuesta.
¿Qué supone la congelación de las tasas?
La más que probable congelación de las tasas e impuestos, que se espera sea ratificada en la votación del próximo viernes, trae consigo un doble filo. Por un lado, se aliviaría la carga fiscal para los contribuyentes en el corto plazo. Pero por otro, si los costos de servicios públicos siguen en aumento y los ingresos se mantienen estancados, el gobierno municipal podría enfrentar desafíos financieros significativos.
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