En Gasteizberri, ofrecemos una tribuna para que los portavoces de los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz expresen su opinión acerca de cómo ven la capital. En esta ocasión, Garbiñe Ruiz toma la palabra. En las últimas elecciones municipales, fue la quinta candidata más votada, obteniendo el 7,10% de los votos, lo que se traduce en 7.742 papeletas y la elección de dos concejales.
En este arranque de nueva legislatura ha echado a andar un Gobierno en el que no ha habido relevo de siglas, sigue siendo un Ejecutivo compuesto por el PSE y el PNV, pero sí se han cambiado los papeles, el papel protagonista lo ostentaba antes el PNV. Ahora es el PSE quién asume esa responsabilidad y además lo hace de la mano de una mujer, Maider Etxebarria, la primera alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, que en campaña prometía a los electores liderar un cambio tranquilo.
Pero hasta el momento los cambios que pretende para nuestra ciudad generan todo lo contrario a la tranquilidad. Están sembrando incertidumbre e inquietud con sus primeros anuncios porque contravienen decisiones estratégicas de la ciudad sobre las que había un consenso previo, un consenso del que el propio PSE participaba.
Y el asunto de mayor calado es el Plan General de Ordenación Urbana, PGOU que está en pleno proceso de actualización. Sentadas quedaron ya las bases para establecer los criterios que marcarán a partir de ahora la forma de organizar la ciudad. Se deja atrás el enfoque expansionista para adaptarnos a las nuevas necesidades y trabajar en un nuevo modelo territorial. El consenso es claro sobre un objetivo especialmente: decrecer, la ciudad no tiene que acaparar más territorio. Lo contrario, seguir urbanizando implica seguir ocupando más suelo, más calles, más mobiliario urbano, más equipamientos, más electrificación, más servicios… Hemos aprendido que es insostenible. O eso parecía, porque ahora el nuevo Gobierno echa por tierra este principio básico al reconocer abiertamente que no descarta plantar una nueva carretera por el sur de la ciudad y esa carretera abre la veda a una nueva urbanización a lo largo de su recorrido.
También echan por tierra el Plan de Movilidad Sostenible que aboga por redoblar esfuerzos para ir reduciendo progresivamente la circulación de vehículos motorizados a favor de más facilidades y oportunidades para desplazarse en transporte público sostenible y bicicletas por Vitoria-Gasteiz. Y eso no se consigue precisamente con una nueva carretera por el sur sino todo lo contrario, se incita al uso del coche.
No entendemos estos bandazos, por qué el Gobierno se desvía de sus objetivos, que además, iban en consonancia con los marcados desde los organismos europeos en un contexto de cambio climático y transición energética.
El replanteamiento que el Gobierno hace ahora también sobre del BEI se enclava en la misma línea de pensamiento, devolver sitio al coche. Para ello pretenden recuperar dos tramos de carril segregado del BEI para abrirlos al resto de los vehículos. ¿Por qué cambiar algo qué funciona?
Este transporte electrificado de alta capacidad es el que ha cosechado los mejores resultados en cuanto al número de usos registrados hasta ahora en esa línea. Cambien lo que no funciona, que no es otra cosa que la pretensión- insólita a esta alturas y totalmente equivocada- de seguir tirando de coche cada mañana para desplazarnos a polígonos industriales y centros escolares. Demos soluciones para acabar ya con este hábito que muchos se niegan a abandonar, demos todas las facilidades posibles – mejores y más frecuencias, líneas y precios- para que les resulte más rentable y cómodo dejar el coche en casa , salvo cuando sea imprescindible- y pasarse al transporte público.

¿Por qué estos retrocesos? ¿Qué necesidad de desandar el camino recorrido?
No son decisiones sobre temas baladí, la movilidad sostenible y la reconfiguración de nuestra ciudad acorde a los nuevos retos climáticos, sociales y económicos, son asuntos de primer calado que condicionan el día a día de la gente y el futuro de nuestra ciudad.
Y estas decisiones necesitan de valentía y determinación, de responsabilidad y necesitan que a nuestros dirigentes no les tiemble el pulso ante las quejas, por mucho ruido que metan. No pueden, no deben desviarse del camino correcto, y ya saben cuál es. Deben gobernar no pensando solo a corto plazo y mirando siempre de reojo a las urnas, siempre condicionados por una u otra cita electoral.
Si quieren replantearse decisiones pueden hacerlo con aquello que no funciona y la lista es larga; pueden hacerlo con los cierres de centros sanitarios en nuestra ciudad que, junto a otras medidas, han empeorado y mucho la atención sanitaria en Vitoria-Gasteiz; con el agravio comparativo entre los servicios de los barrios, sigue habiendo unos de primera y los segundones; con la limpieza, replantéense la gestión directa del servicio para mejorar su calidad; con el sector de los cuidados, el margen de mejora es amplísimo; blindando nuestro vertedero para que no entren residuos peligrosos porque no está preparado para acogerlos; cuidando la calidad del aire y por ende, la salud de nuestras vecinas y vecinos implantando ya como exige la ley una Zona de Bajas Emisiones; más y diferentes esfuerzos para combatir la violencia machista, la LGTBIfobia, y propuestas reales no más y más promesas para que nuestra juventud pueda acceder a un techo, primer paso para iniciar sus proyectos de vida. Replantéense estos asuntos porque darles una vuelta traería justicia y cohesión social y un futuro verde, próspero y sostenible para Vitoria-Gasteiz.
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