OPINIÓN
Gente como loca corriendo entre tiendas, bolsas de la compra llenas, calles engalanadas con luces, pistas de hielo, toboganes, villancicos, turrones, cenas de empresa, participaciones de la Lotería, adolescentes vendiendo polvorones a familiares para pagarse el viaje de fin de curso, Abel Caballero poniendo en vanguardia a Vigo, Mariah Carey cantando lo de todos los años (y su versión de andar por casa Leticia Sabater también), jerséis feos, diademas de reno… todo indica que el año va tocando su fin.
En esta época de sonrisas, de paz, de tranquilidad y de comilonas. Pero a los partidos vascos parece que no les apetece. Si ya teníamos el Spain is different, ahora se han tirado al monte y parece que entre todos quieren registrar un nuevo lema más cercano a la realidad Euskadi ismoredifferent.
Al que escribe, que ya peina poco pelo y algunas canas, de siempre le han querido transmitir (y convencer) que la política en el País Vasco era una balsa de aceite, la estabilidad hecha institución. Todos los partidos sabían cual era su papel y, excepto en muy contadas ocasiones, todos lo interpretaban a la perfección. Parecía que la partida se jugaba con cartas marcadas y ya se sabía el resultado final. Nadie se ponía nervioso, porque de nada servía hacerlo. De un tiempo a esta parte esta lógica se ha resquebrajado, y como dice el refrán, en todos sitios cuecen habas.
Vayamos por partes. El lehendakari Urkullu siempre se ha mostrado impertérrito, de gesto adusto, tan carente de emociones que hasta tenía memes circulando por internet. Era la imagen perfecta del PNV. Nada le sacaba de su papel (ni a su partido tampoco), porque todo lo podía gestionar. Daba igual que sucediera. Dinero público perdido en Hiriko y Epsilon, no pasa nada. Huelgas y más huelgas de funcionarios, no pasa nada. De Miguel y su cuadrilla se llevan a paladas el dinero de la Diputación de Álava, no pasa nada.
Filtran y anticipan los resultados de una oposición, no pasa nada. Así una tras otra, hasta que se les ha hecho bola. Si bien los problemas en Osakidetza, con la Ertzantza, Zaldibar, corrupción en Alonsotegi, sobrecostes con el TAV… eran de sobra conocidos, les quedaba lo organizativo como modelo y salvavidas, pero ni esa. Han llegado a tal punto, que ya ni sus cuitas internas han sabido gestionar. El nerviosismo ha llegado a Sabin Etxea, la pérdida consecutiva de votos en municipales/forales y en generales ha hecho mella y los cambios tranquilos a los que nos tenían acostumbrados los jeltzales han pasado a tercer o cuarto plano.
Tal ha sido la limpia que desde dentro lo han saboteado filtrando a un periódico la información. Una vez más la estrategia comunicativa ha hecho aguas y todos nos hemos dado cuenta que ni poniendo faldones con su nombre cada vez que Imano Pradales sale en el Teleberri sabemos quién carajo es.
En segundo lugar y aunque parezca que no, pero en Euskadi si gobiernan dos partidos. Es tan poco el poso socialista, que hasta Eneko Andueza parece olvidarlo. Él quiere ganar, lo dice y lo repite cada vez que puede. Es legítimo. El problema viene cuando en la misma entrevista en la que dice una cosa, también critica la gestión del lehendakari de un gobierno al que pertenece el partido del que él es secretario general.
Tiene por delante un ejercicio de equilibrismo, que no será recordado, de encomiable esfuerzo. En la autocomplacencia en la que vive intentará soplar y sorber al mismo tiempo. Se postulará para ser primero, pero todos sabemos que correrá a regalar sus votos cuando su socio lo dicte.
El otro representante de la política española tradicional es el Partido Popular. Que de ellos poca cosa, viven tranquilos a unos cuantos cientos de kilómetros de Madrid, de Ayuso y de Feijoó. La transición ha sido pacífica. Mucha sonrisas, abrazos y apretones de mano en cada acto público- Todas las caras visibles contentas con el candidato Javier de Andrés. Hombre de partido. Ha sido director de comunicación de la Diputación Foral de Álava, director del Instituto de la Juventud, director del gabinete del Diputado General, director del departamento de Obras Públicas y Transportes, procurados un par de veces, Diputado General, Delegado del Gobierno y desde hace unos meses diputado en el Congreso.
Todo esto compaginado con cargos organizativos. ¿Vale para todo? ¿Se han dado cuenta sus votantes que es la herramienta multipropósito del PP? En fútbol los equipos siempre tienen a una persona de la casa a la que llaman cuando las cosas van mal. Pasa por todos los puestos. Es como ese jarrón que te regalaron, no sabes qué hacer con él y lo vas cambiando de sitio. Nunca es la primera opción, no es el que más te gusta, pero siempre está disponible. Pues eso.
Ahora toca lo que parece el lío más grande de todos. Sumar, Podemos, IU, EQUO… ¿Qué van a hacer? Lo sencillo sería desgranar todos los desencuentros que ya conocemos y pintar un escenario catastrófico. Pero la política no es sencilla, está llena de entresijos y si el resultado puede parecer el obvio, los caminos hasta llegar nunca lo son. No hay aguas más revueltas que las suyas, pero no tienen otro futuro que nadar juntas o ahogarse. Ninguna de las fuerzas puede permitirse (volver a) nacer perdiendo.
No sé cómo lo van a hacer, no sé qué van a ceder y no sé qué ordenes hay desde Madrid. No sé nada, pero cuando haya elecciones vascas habrá una sola papeleta para votarlas a todas. La tarea desde hoy o, mejor dicho, desde hace semanas, va a ser titánica. Tienen que armar un programa, saber contarlo, elegir a candidata, convencer de que son una alternativa sólida y que nadie va a debilitar el proyecto común.
He dejado para el último lugar a EH BILDU. En absoluto por inquina, más bien porque no hay mucho que analizar. Han sido líderes de la oposición. Ganadores morales (morales porque no estaba en juego Ajuria Enea) de las últimas elecciones. Viento a favor y navegación con piloto automático. El buen momento no puede hacer olvidar que deben tratar algunos aspectos con mimo para que no se conviertan en problemas.
Tienen que dar a conocer a su actual candidato, (a nadie engañamos si decimos que no es una figura conocida fuera del ámbito abertzale). Parece que las bases jóvenes andan un tanto revueltas y que en cualquier momento el conflicto puede reventar y perder el control sobre ellas y, por último, deben seguir administrando sus propias contradicciones. Que las tienen.
A modo conclusión, que bastante chapa he soltado ya, el paradigma de que todo va bien y nada tiene porque cambiar ya se ha resquebrajado. Ahora la política autonómica se ha olvidado el Oasis Vasco y les gusta más moverse por las Aguas Revueltas Vascas.
INFORMACIÓN DEL AUTORJORGE HINOJAL
Concejal del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz entre 2015 y 2019
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