OPINIÓN
El transporte es uno de los grandes sectores, junto al energético, que más emisiones generan. En los últimos datos publicados, correspondientes al año 2022, se estima que aproximadamente supone el 28% del total y con un incremento de las emisiones de casi un 3% con respecto al año anterior.
Estas cifras tuvieron una derivada en común. La pandemia surgida en el 2020 provocó un freno en el uso del transporte público y por extensión, en el proceso de descarbonización de la movilidad. El miedo al contagio, los confinamientos parciales, etcétera provocaron que el uso del vehículo privado aumentara.
La eficacia de la bonificación del 50% en el trasporte
Sin embargo, las políticas propuestas englobadas en el paquete del escudo social del Gobierno de España relativas a fomentar el transporte público han ido revirtiendo esta situación poco a poco.
Ahora mismo, lo que se está viendo, no solo es la recuperación de las cifras previas a la pandemia, sino que, en algunos casos, se están superando.
En TUVISA sin ir más lejos, a falta de conocer los datos de diciembre, seguramente se supere el 2019, que fue récord de personas usuarias. Contabilizando los primeros 11 meses del 2023, fueron 15.230.703 los usos totales en el conjunto de líneas de autobús y el acumulado hasta noviembre supera en un 3% el récord alcanzado en 2019.
Vive una situación parecida tanto el tranvía como el servicio que presta la Diputación Foral de Álava (AlavaBus). Los datos de usos registrados apuntan a un año récord de viajes.
Esta batería de cifras demuestran un hecho incontestable: la eficacia de la bonificación del 50% en el transporte público. Una situación que se puede replicar en este 2024 tras la aprobación esta misma semana de los decretos anticrisis en el Congreso para hacer efectivo este descuento.
Propuesta polémica del PNV-PSE
Sin embargo, en las últimas semanas ha surgido una polémica tras conocerse las intenciones de las ejecutivas del PNV y PSE en Euskadi, que acordaron cambiar los criterios para acceder a esta ayuda en el transporte público. La obligación de tener la tarjeta BAT personalizada o la exigencia de un bono mensual hubiera supuesto un paso atrás en una medida tan importante y que se ha demostrado efectiva. Y digo “hubiera” porque finalmente, por la presión social y política a las puertas de unas elecciones vascas, se vieron obligados a dejar atrás esa controvertida propuesta de endurecer los requisitos. La han guardado en un cajón, pero, me temo, solo de momento.
Avanzar hacia la gratuidad
Con todo, ahora mismo estamos en una situación “dulce” de usos del transporte público, pero es necesario que se avance ya en un debate pendiente e ineludible: la gratuidad total del transporte público. Ya se ha comprobado que si se ponen facilidades para utilizar el autobús o el tranvía, la ciudadanía se decanta por usarlo y dejar el coche aparcado. Y, por lo tanto, trabajar en una hoja de ruta para que sea gratuito es indispensable para seguir aumentando el uso del transporte público. Además de garantizar un mayor ahorro en la economía de las familias, también supone reducir en gran medida las emisiones de efecto invernadero y, por ende, mejorar la calidad del aire.
Eso sí, también hay que tener en cuenta otras cuestiones, no solo sirve con avanzar en la gratuidad, hay que seguir potenciando un servicio de calidad en tiempos y comodidad, para que el transporte público sea atractivo. Y en paralelo, en medidas restrictivas para el uso del coche. Porque si no se dan todas estas condiciones, aunque se avance en la gratuidad, se pueden generar mayores desigualdades en cuanto a su uso, ya que quien económicamente se lo pueda permitir, seguirá utilizando el coche.
INFORMACIÓN DEL AUTORÓSCAR FERNÁNDEZ
Periodista. Concejal del Grupo Municipal Elkarrekin Vitoria-Gasteiz. Coportavoz del partido verde de Euskadi, Berdeak EQUO. Ha trabajado antes, entre otros puestos, como Técnico de Comunicación y Marketing en una ONG.
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