OPINIÓN
¿Sabía que tan solo el 1% de los alimentos que consumimos en Vitoria-Gasteiz son de origen alavés? Con este dato se pone de manifiesto los defectos del sistema agroalimentario actual. Ya comprobamos en la pandemia las debilidades de este sistema que nos hace tan dependientes del exterior. En su día hubo promesas incumplidas de trabajar con un horizonte más justo y sostenible con el sector primario, sin embargo, ya hemos visto que poco o nada ha cambiado.
Por eso, las personas que se esfuerzan cada día en cultivar nuestros alimentos han dicho basta. Los motivos son muchos y es cierto que las reivindicaciones son variadas dependiendo del territorio, por eso hay que trabajar en un objetivo claro, un sistema agroecológico justo para las personas trabajadoras y las consumidoras.
En cuanto a los motivos de las famosas tractoradas que estamos viendo en las calles, hay un elemento en común, la actual Política Agraria Común (PAC), una herramienta que tendría que servir de apoyo a agricultores y agricultoras para que tuvieran un buen nivel de vida. Sin embargo, vemos como la actual PAC aprobada en 2021 con los votos de PP, PSOE y VOX es totalmente desigual y sólo beneficia a la gran agroindustria. Así, el 80% de la ayuda se destina al 20% de los agricultores más ricos. Y estamos hablando de mucho dinero, porque según estimaciones la PAC representa el 40% del presupuesto de la Unión Europea.
Pero como siempre, el problema no es la herramienta, sino el uso que se le dé, por eso hay que trabajar para reformarla a la altura de los desafíos del siglo XXI, con apoyo hacia prácticas agroecológicas, producción de alimentos de proximidad, saludables y compatibles con la conservación de la biodiversidad, y adaptados a las nuevas condiciones impuestas por la crisis climática.
Aterrizando más a nuestro territorio, se está hablando de ayudas económicas y beneficios fiscales desde la Diputación o el Gobierno Vasco. Reivindicaciones del sector primario, totalmente legítimas, pero no podemos obviar que estos son soluciones a corto plazo. Hay que trabajar en cambiar las políticas no solo agroganaderas también en otros ámbitos como en el urbanismo o el sector energético para proteger los suelos agrícolas. Es importante evitar la pérdida de suelo de alto valor agrícola en nuestro territorio o bien por presiones urbanísticas o energéticas.
De todas es sabido, que ha habido grandes presiones por parte de empresas energéticas a las personas propietarias de suelo agrícola para que les vendieran sus tierras de cultivo con el objetivo de implementar los llamados huertos fotovoltaicos. Es cierto que es necesaria la transición energética verde en nuestro territorio, pero es igual de cierto que esta tiene que ser justa y que no provoque un impacto grande ni en nuestros espacios naturales ni en los suelos agrícolas. Se debe potenciar la instalación de estos macroparques solares en espacios ya urbanizados, urbanizables o en cubiertas.
También, hablando de urbanismo, dentro del Plan General de Ordenación Urbana, hace 20 años se decidió consumir grandes extensiones de suelo agrícola para construir viviendas unifamiliares o adosadas, especialmente en el sur del municipio. Por eso, en la aprobación inicial del nuevo PGOU incorporamos la recuperación de todo el suelo agrícola de la zona sur de Vitoria-Gasteiz en vez la construcción de chales. Una victoria que no generó grandes titulares, pero que fue un avance para tener un “banco de tierras” disponible para las personas que se quieran dedicar a la agricultura.
Y esto último también es importante, que existan terrenos aptos para la agricultura y se completaría con un relevo para las personas que actualmente los tienen y trabajan en ellos, pero están a punto de jubilarse. En este camino, es importante destacar proyectos como CROPS4LIFE, cuyo objetivo, tal y como se indica en su memoria, “es incrementar la producción local de alimentos frescos bajo manejos basados en la agricultura regenerativa y lograr que esos alimentos se consuman localmente, reduciendo así la huella de carbono del sector y mejorando la salud del suelo y la biodiversidad asociada a los agroecosistemas”.
En definitiva, la luchas, movilizaciones y tractoradas tienen muchas causas, pero lo importante es tener un horizonte claro, debemos trabajar en una agricultura respetuosa con la tierra y nuestra salud. De este modo se conservarán las tierras de cultivo y alimentos para las futuras generaciones.
GasteizBerri no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores.
INFORMACIÓN DEL AUTOR
ÓSCAR FERNÁNDEZ
Periodista. Concejal del Grupo Municipal Elkarrekin Vitoria-Gasteiz. Coportavoz del partido verde de Euskadi, Berdeak EQUO. Ha trabajado antes, entre otros puestos, como Técnico de Comunicación y Marketing en una ONG.
LAS NOTICIAS EN TU MÓVIL
¿Quieres recibir las noticias de GasteizBerri en tu teléfono móvil?