OPINIÓN
Seguramente cuando hayas leído el título de este artículo te habrá parecido que buscaba el llamado “clickbait” (ganarse la atención del lector mediante un encabezado sensacionalista), pero por desgracia, en este caso, el titular se limita a constatar la cruda realidad y está respaldado por informes científicos.
Ahora que oficialmente hemos entrado en periodo veraniego y teniendo en cuenta la experiencia de los últimos años, todo apunta a que las olas de calor nos van a seguir acompañando a lo largo del verano.
Un informe del Ministerio de Sanidad dentro de su plan preventivo por altas temperaturas advierte que en Vitoria-Gasteiz el umbral de temperatura máxima de impacto en la salud es de 32,2º. Teniendo en cuenta que el verano pasado fue uno de los más calurosos de la historia desde que se tienen registros- con una temperatura máxima de media en agosto de más de 27º, con varios días superando los 30 grados e incluso llegando el 25 de dicho mes al record histórico de los 41,1º- esta situación debería preocuparnos.
Según este Ministerio, a lo largo del pasado año murieron más de 3.800 personas por los efectos de temperaturas extremas. Es cierto que en Araba esta cifra no es tan alta como en otros territorios, se estima que aquí una veintena hayan podido fallecer por esta causa, pero no por ello debemos bajar la guardia al establecer medidas preventivas.

Y aún hay más, el impacto de las olas de calor no es igual en todo el municipio de Gasteiz , así lo ha dejado plasmado un estudio impulsado por el BASQUE CENTRE FOR CLIMATE CHANGE (BC3) realizado por personas expertas en la materia, de Euskadi y otros países europeos, como Clina Aznarez, Sudeshna Kumar, Alba Marquez-Torres, Unai Pascual o Frances Baró. Esta investigación, publicada este año en la revista Science of the Total Enviaroment, detalla una serie de desigualdades a la hora de afrontar las olas de calor.
En relación a Vitoria-Gasteiz se puede observar en el mapa adjunto al estudio que las zonas más céntricas de la ciudad como el Casco Medieval, Coronación o Arana parten en desigualdad, motivada por diversas causas, especialmente la baja presencia de estructura vegetal en sus calles. Curiosamente son tres de las áreas que registran mayor vulnerabilidad social y económica del municipio.
Y al echar una ojeada al mapa de refugios climáticos planteado en el reciente Plan de Calor del Ayuntamiento, vemos con preocupación que, precisamente en ese sector céntrico habitado por población mayormente vulnerable, salvo los centros cívicos de Aldabe, Landatxo o Iparralde, no hay muchas más zonas para resguardarse de las olas de calor. Y por desgracia, a excepción del Parque del Norte, casi ninguna en el exterior, debido a la antes mencionada ausencia de infraestructura verde. Esto viene a demostrar que, tal como adelanta el titular de este artículo, si eres pobre tienes más probabilidades de sufrir los efectos adversos del calor.
Pero no sólo es importante tener refugios climáticos, es igualmente primordial disponer de itinerarios confortables para desplazarse hasta esos espacios. Y también en este caso, hay un déficit histórico en la zona del Casco Medieval.
Por tanto, y en resumen, es muy positivo que después de muchos años reclamándolo, por fin se hayan activado los refugios climáticos y tengamos un Plan de Calor para proteger de los rigores de las altas temperaturas a los colectivos más vulnerables, como las y los niños, las personas mayores y las personas con enfermedades crónicas y especialmente, si además, las afectadas son personas con bajos recursos. Es también importante proporcionar información a la ciudadanía sobre la existencia de estos espacios climáticos.
Estas son medidas para mitigar las consecuencias de las olas de calor, pero nos queda atajar con mayor determinación el problema de raíz, aplicar políticas para paliar los efectos del cambio climático, de descarbonización y neutralidad climática, con el objetivo de reducir el número de emisiones. Así como trabajar en una mayor infraestructura verde en todo el municipio, más ambición en el proceso de instalación de cubiertas vegetales en el Casco Viejo o más apoyo en la rehabilitación de viviendas para que nuestro municipio sea más resistente y nuestra ciudadanía viva en un entorno más saludable.
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INFORMACIÓN DEL AUTOR
ÓSCAR FERNÁNDEZ
Periodista. Concejal del Grupo Municipal Elkarrekin Vitoria-Gasteiz. Coportavoz del partido verde de Euskadi, Berdeak EQUO. Ha trabajado antes, entre otros puestos, como Técnico de Comunicación y Marketing en una ONG.