
Los trabajadores de la fábrica de Talgo en Rivabellosa, Álava, han manifestado su preocupación por el futuro de la planta tras la decisión del Gobierno español de vetar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por el grupo húngaro Ganz Mavag. Este veto, motivado por informes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de Seguridad Nacional que alertan sobre posibles riesgos estratégicos para España, ha generado una gran incertidumbre entre los empleados de Talgo, quienes temen por la estabilidad laboral a largo plazo.
La planta de Rivabellosa, donde trabajan cerca de 700 empleados, es una de las principales fábricas de Talgo en España. A nivel nacional, la compañía emplea a unos 2.500 trabajadores directos, y aunque la empresa tiene una carga de trabajo asegurada hasta 2030, los empleados temen que la situación cambie drásticamente si no se garantiza un plan industrial a corto y largo plazo que asegure la continuidad de la producción en territorio español.
El representante de los trabajadores de Talgo en Álava, Kepa Alcaine, de CC.OO., ha expresado su preocupación por el futuro de la planta. Aunque Talgo tiene trabajo firmado hasta 2030, Alcaine advierte que, si el grupo húngaro hubiera logrado adquirir la empresa, existe el riesgo de que, en un plazo de cuatro o cinco años, la producción se deslocalice, lo que podría llevar al cierre de la fábrica en España.
Ante este escenario, los trabajadores han reclamado un plan industrial que garantice la producción en España tanto a corto como a largo plazo. Insisten en la necesidad de medidas concretas que permitan continuar con las fabricaciones actuales y aseguren la estabilidad laboral más allá de 2030. La preocupación principal radica en que, sin estas garantías, la decisión del Gobierno podría resultar en la pérdida de miles de empleos en el país.
Ganz Mavag, por su parte, ha anunciado que recurrirá la decisión del veto en tribunales españoles y ante la Comisión Europea, mientras que Talgo continuará operando en sus fábricas de Rivabellosa y Las Matas, en Madrid, a la espera de una resolución definitiva sobre su futuro.