Vitoria y varias localidades de Álava se han transformado en el escenario para el rodaje de Sacamantecas, una producción dirigida por David Pérez Sañudo que se centra en los escalofriantes crímenes de Juan Díaz de Garayo, conocido como el Sacamantecas. Este drama histórico no solo aborda los asesinatos que conmocionaron a la sociedad de finales del siglo XIX, sino que también reflexiona sobre las estructuras sociales que permitieron tales actos en un contexto de violencia y desigualdad.
Una producción ambiciosa con raíces locales
La película, rodada principalmente en euskera, se desarrollará en más de 35 localizaciones distribuidas por Álava y Euskera. Con un equipo de más de 3.000 figurantes, Sacamantecas busca ser una representación fiel de la época, con una dirección artística y una narrativa que combinan rigor histórico y suspense.
Entre el reparto destaca Antonio de la Torre, ganador de dos premios Goya; Patricia López Arnaiz, reciente Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián; y Josean Bengoetxea, actor de amplia trayectoria en cine y televisión. Les acompañan talentos como Eneko Sagardoy, Luis Callejo, Urko Olazabal y Haizea Carneros, consolidando un elenco de primer nivel.
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La trama de Sacamantecas se sitúa en Álava a finales del siglo XIX, durante los últimos días de la III Guerra Carlista. Mientras el conflicto llega a su fin, varias mujeres son halladas estranguladas en las afueras de Vitoria. Ángela Berrosteguieta, hermana de una de las víctimas, decide buscar justicia, convencida de que Juan Díaz de Garayo, un campesino analfabeto, es el responsable. Sin embargo, Pío Pinedo, jefe de los alguaciles, se enfrenta a una sociedad desbordada por la guerra, la falta de recursos y la presión de las autoridades, quienes prefieren ocultar la creciente ola de asesinatos.
El guion, coescrito por David Pérez Sañudo y Sergio Granda, se basa en una historia original de Asier Guerricaechebarría y Joanes Urkixo. Más allá de los crímenes, la película aborda el papel de las mujeres en una sociedad patriarcal, mostrando cómo, mientras los hombres acaparaban el poder político y militar, las mujeres quedaban relegadas y desprotegidas.
La polémica del rodaje en la Catedral Santa María
El rodaje de la película ha generado un encontronazo entre el Ayuntamiento de Vitoria y el Obispado, debido a la negativa de este último de permitir filmaciones en la nave central de la Catedral Santa María.
La alcaldesa Maider Etxebarria ha criticado duramente esta decisión, que considera un obstáculo para la estrategia de promoción turística de la ciudad: “Desde el Ayuntamiento y la Film Office llevamos años trabajando para visibilizar Vitoria como plató de rodajes. Es una forma de dar a conocer nuestra ciudad y atraer turismo. No tiene sentido que se permitiera rodar El silencio de la ciudad blanca, que también trata sobre asesinatos, y ahora se niegue esta oportunidad. Esto es lamentable y perjudica nuestra estrategia para atraer rodajes”, afirmó ayer viernes.
Etxebarria insistió en la necesidad de una explicación por parte del Obispado: “Exijo que expliquen qué está pasando. Esta decisión no contribuye en absoluto a los esfuerzos por poner a Vitoria en el mapa de la industria audiovisual”.
Por su parte, el Obispado ha respondido a las críticas a través de un comunicado, en el que niega haber impuesto un veto al rodaje. Según la institución, se ofrecieron alternativas para grabar en otros espacios del mismo templo, como la capilla palatina, o incluso en otros lugares emblemáticos de la ciudad, como la parroquia de San Juan de Salvatierra.
“Estamos ante la mayor apertura de iglesias para rodajes, conciertos y otras actividades culturales. Somos los primeros interesados en que Vitoria-Gasteiz y Álava se promocionen a través de su rico patrimonio religioso”, subrayan.
No obstante, el Obispado también destaca la necesidad de evaluar cuidadosamente el uso de los templos para actividades no litúrgicas: “Como cualquier entidad, debemos asegurarnos de que los proyectos sean adecuados. En este caso, proponemos alternativas y seguimos dispuestos a colaborar en el diálogo”.
La figura del Sacamantecas en el folclore español
El Sacamantecas es una figura arraigada en la tradición popular gasteiztarra. Representado como un hombre que asesinaba a mujeres y niños para extraer su grasa corporal con fines medicinales, este personaje adquirió notoriedad en el siglo XIX, especialmente tras los crímenes de Juan Díaz de Garayo. Durante siglos, la leyenda del Sacamantecas ha servido como advertencia para infundir miedo y precaución, siendo equiparado a figuras como el Hombre del Saco o el Coco.
