
El colectivo Ertzainas en lucha ha anunciado una pausa en su actividad después de dos años reivindicando un nuevo convenio. En un comunicado emitido este miércoles, aclaran que no se disuelven, sino que detienen sus movilizaciones hasta conocer los detalles del preacuerdo alcanzado entre los sindicatos mayoritarios (Erne, Esan y Sipe) y el Departamento de Seguridad.
Según denuncian, este acuerdo se ha firmado sin contar con la mayoría de la plantilla: «Nos encontramos ante un preacuerdo firmado por unos sindicatos que no representan a la gran mayoría. Han decidido acordar algo sin saber el qué, dejando todo el control al Departamento de Seguridad, que lleva demasiado tiempo riéndose del colectivo».
El pacto, que aún debe ser ratificado por las bases sindicales, incluye aumentos salariales de hasta 4.200 euros brutos anuales para algunos agentes. Sin embargo, desde Ertzainas en lucha insisten en que el problema no es solo económico: «Nos toca esperar a conocer los detalles y ver cuánto esfuerzo nos supondrá en los próximos años».
También critican la incorporación del grupo de Vigilancia y Rescate, al que, según ellos, se le ha impuesto un cambio de horario sin contar con la opinión de sus integrantes.
Desde su creación, Ertzainas en lucha ha desafiado el modelo sindical tradicional dentro de la Ertzaintza. Han organizado manifestaciones, como la de enero en Bilbao, donde participaron entre 1.200 y 2.500 agentes, y han promovido ausencias en dispositivos de seguridad, lo que ha generado tensiones con el Departamento de Seguridad.
En su comunicado, justifican la pausa por el desgaste entre sus miembros, pero aseguran que no es una despedida definitiva: «No es un agur». También señalan las próximas elecciones sindicales, que se celebrarán en un año, como una oportunidad para cambiar la representación dentro de la Ertzaintza: «Todos los sindicatos ya están pensando en las elecciones. Quedan 12 meses y es el momento de evolucionar».
El colectivo considera que los sindicatos actuales no han defendido bien los intereses del cuerpo y apuestan por un relevo: «La única solución es apartar a quienes nos han llevado a esta situación, que vuelvan a sus puestos de trabajo y experimenten las condiciones laborales que nos han impuesto».