Los trabajadores de Recubrimientos Orgánicos S.A., SARO, han cumplido este martes su anuncio de protesta, concentrándose frente al domicilio fiscal de Epsilon 5 en Pamplona, empresa matriz que adquirió la compañía vitoriana en 2007. Un autobús con 22 trabajadores ha llegado sobre las 11:00 de la mañana para dar visibilidad a la dramática situación que atraviesan las 64 familias afectadas por el cierre.
· «Nos ha destrozado la vida» 64 familias atrapadas en la agonía de SARO Vitoria
«Nos hemos encontrado con gente que le conoce, que sabe de sus movimientos y cómo ha actuado con mucha gente. No se extrañan de que este personaje haya cerrado la empresa y nos haya dejado en la calle», explica Enrique Ruiz, presidente del comité de empresa, durante la concentración pacífica en la que han repartido panfletos informativos sobre su situación.
La protesta llega después de que la empresa, ubicada en Ali-Gobeo, cesara su actividad a finales de noviembre por impagos de suministros. Los trabajadores acumulan ya nueve meses sin cobrar sus nóminas, tras más de dos años de retrasos continuos en los pagos.
Una empresa histórica caída al abismo
SARO, con más de cuatro décadas de trayectoria y que llegó a tener una plantilla superior al centenar de trabajadores, se encuentra actualmente en concurso de acreedores. La situación se precipitó cuando el 16 de diciembre el gerente presentó el concurso mientras aseguraba a la plantilla, vía WhatsApp, que disponía de un talón de 600.000 euros para pagar las nóminas pendientes.
Hace apenas diez días, el comité de empresa trasladó la situación a la Diputación alavesa, en una reunión con las diputadas forales de Desarrollo Económico y de Hacienda, solicitando apoyo para salvaguardar los empleos. Los trabajadores buscan además respuestas sobre el destino de 2,5 millones de euros prometidos de la venta de unos terrenos en Villaba.
«Estamos haciendo una concentración pacífica, repartiendo información sobre cómo ha ido nuestra historia hasta hoy y comunicando al barrio la problemática que tenemos los trabajadores de SARO», añade Ruiz, quien destaca que la protesta se mantendrá hasta las 14:00 horas.
La empresa, dedicada al lacado de perfiles de hierro y aluminio, fue adquirida en 2007 por Epsilon 5, propietaria también de Iongraf, una planta de anodizado de aluminio ubicada en Villava que cerró sus puertas en 2010, en lo que algunos trabajadores vieron como un preocupante precedente.
