Vitoria-Gasteiz se ha teñido de morado este mediodía con miles de personas tomando las calles en la manifestación del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Según datos de la Policía Local, unas 5.000 personas han secundado la marcha, que ha recorrido la ciudad desde la Plaza Bilbao hasta la Plaza de los Fueros, donde ha finalizado con la lectura del manifiesto y una performance antimilitarista.
Reivindicaciones claras contra el fascismo, la guerra y la crisis ecosocial
Bajo el lema «Contra el fascismo, valentía y alianzas feministas» («Faxismoaren kontra ausardia eta aliantza feministak»), la manifestación ha puesto el foco en tres ejes principales: Rechazo al avance del fascismo y los discursos de odio; Denuncia de las guerras y la militarización; Defensa de la perspectiva ecosocial y lucha contra la destrucción del medioambiente.
A lo largo del recorrido, diferentes colectivos han tomado la palabra para exponer sus reivindicaciones. Finalmente, en la Plaza de los Fueros, se ha llevado a cabo un acto de cierre en el que han intervenido mujeres migrantes, jubiladas, mujeres trans y trabajadoras sexuales.
Un manifiesto de lucha contra el racismo, la transfobia y la precariedad
El manifiesto leído en la plaza ha denunciado el auge de la extrema derecha y las políticas reaccionarias que afectan a distintos colectivos. «Hemos podido ver cómo en distintos países, tras el ataque violento y mortífero a las personas trans y no binarias, las siguientes bajo ataque han sido el resto de colectivos», han señalado.
El Colectivo de Mujeres Africanas ha exigido «el derecho a vivir sin miedo a ser discriminadas por nuestros orígenes y color» y ha reclamado la reforma de la Ley de Extranjería para garantizar la protección de las mujeres migrantes.
Las trabajadoras sexuales, por su parte, han reivindicado «una ciudad libre de prejuicios, que rompa con el estigma que nos invisibiliza y condena a la clandestinidad».
Las mujeres pensionistas han mostrado su preocupación por el auge de la extrema derecha y han reiterado su apoyo a la ILC pensionista, que busca equiparar las pensiones mínimas con el salario mínimo.
Un 8M con gran seguimiento y fuerte mensaje político
La manifestación de este año ha reflejado la preocupación del movimiento feminista por la crisis social y política actual. «Cada vez que el movimiento feminista da un paso al frente, recibimos una ola de reaccionarismo por parte de quienes ven tambalearse sus privilegios», han denunciado.
La jornada ha contado con una amplia participación de más de 30 organizaciones feministas y de mujeres de Álava, que han apoyado la recogida de firmas en favor de la equiparación de las pensiones mínimas.
El acto ha concluido con una performance simbólica contra la guerra y la militarización, en un 8M marcado por la reivindicación y la lucha social.
