El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha participado en el homenaje a las víctimas del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, donde cinco trabajadores fueron asesinados y más de cien resultaron heridos por la represión policial. En su discurso, Otegi ha situado la masacre dentro de un contexto de lucha obrera y transformación política, denunciando que la violencia de aquel día no fue un hecho aislado, sino una estrategia para frenar los cambios que amenazaban la continuidad del régimen franquista.
Memoria obrera
Otegi ha destacado la importancia de recordar el 3 de marzo desde una perspectiva de clase y de pueblo:
«Hoy venimos a hacer un acto de memoria, una memoria trabajadora, una memoria de clase, una memoria nacional en términos de Euskal Herria. Nos sumamos a muchas memorias en el mundo que hablan de luchas obreras, de organización y, desgraciadamente, de sangre derramada.»
Para el dirigente abertzale, los derechos conquistados no fueron una concesión del régimen, sino el fruto de la lucha popular:
«Ninguno de los derechos de los que hoy disfrutamos hubiesen sido posibles sin la lucha de los pueblos y del movimiento obrero. No solo significaron un hecho luctuoso, sino que se dieron en un contexto político muy concreto.»
Otegi ha recordado que en 1976 la dictadura franquista aún buscaba controlar la transición, evitando una ruptura con el pasado. Según su análisis, lo ocurrido en Vitoria, así como en Montejurra y en los Sanfermines de 1978, formaba parte de una estrategia para mantener el poder dentro de unos límites marcados por las élites del régimen.
«Lo que estaba en juego era si se iba a producir un proceso de reforma o una ruptura con el franquismo. Las oligarquías que habían sostenido la dictadura pretendían hacer una reforma controlada y limitada, y el movimiento obrero desde abajo lo desafiaba.»
Un ataque al movimiento obrero vasco
El secretario general de EH Bildu ha puesto el foco en la estructura de la huelga del 3 de marzo, que, más allá de reivindicar mejoras salariales, representaba una ruptura con el sindicalismo vertical impuesto por el franquismo. Según Otegi, la masacre no solo fue una represión de la protesta, sino un intento de destruir un modelo de organización obrera que amenazaba al sistema:
«Se estaba desafiando el sindicalismo vertical y construyendo un movimiento obrero basado en delegados elegidos democráticamente en las empresas. Eso es lo que no se perdonó.»
En su intervención, ha insistido en que la represión en Vitoria no fue un exceso puntual de la policía, sino una operación de castigo orquestada para disciplinar al movimiento obrero:
«Había que ejemplarizar y disciplinar a ese pueblo trabajador que aspiraba a la libertad y la igualdad. Había que dejar claro cuáles eran los límites y hasta dónde estaban dispuestos a llegar para controlar el proceso de reforma.»
Otegi también ha lanzado una crítica a quienes participaron en la dictadura y después se presentaron como demócratas en la Transición:
«Aquellos que dieron la mayor paliza de la historia de la noche a la mañana se convirtieron en fervientes defensores de la democracia. Eso también hay que recordarlo.»
Las tareas pendientes: independencia y justicia social
En su discurso, el líder de EH Bildu ha vinculado la lucha obrera del pasado con los retos actuales del nacionalismo vasco y de la izquierda. Ha asegurado que, pese al paso de los años, siguen existiendo tareas pendientes:
«Se nos quiso decir que los límites de la reforma eran infranqueables, que era mejor asumir la derrota y no soñar con que las cosas podían cambiar. Hoy, 49 años después, seguimos aquí para demostrar que seguimos el ejemplo de los trabajadores de Gasteiz.»
Para Otegi, la lucha de aquel 3 de marzo sigue vigente en dos grandes objetivos:
«Las tareas pendientes son hoy, como entonces, fundamentalmente dos: construir la libertad nacional de nuestro pueblo y plantear políticas públicas basadas en principios socialistas y progresistas, como los que defendió el movimiento obrero de Gasteiz.»
El dirigente independentista ha finalizado su intervención reafirmando el compromiso de EH Bildu con la memoria histórica y la justicia social:
«Nos dijeron que todo estaba atado y bien atado. Pero nosotros seguimos aquí, porque seguimos siendo la esperanza. Y la esperanza de este país pasa por un estatus de libertad nacional y por políticas sociales y progresistas. Eso es lo que defendieron los trabajadores de Gasteiz el 3 de marzo y eso es lo que seguimos defendiendo hoy.»