Esta mañana, trabajadores y ciudadanos se han concentrado frente al Hospital de Santiago para exigir más personal en la reapertura de las urgencias. La medida, anunciada recientemente por el consejero de Salud, ha sido calificada como «cosmética» por los manifestantes, quienes denuncian que el servicio se abrirá sin aumentar la plantilla.
«Estamos aquí para reclamar más personal en la reapertura de las urgencias», ha declarado Esther Saavedra, responsable del sindicato ELA. «Hace tres años se cerraron las urgencias del Hospital de Santiago y todos hemos visto el colapso en Txagorritxu, las listas de espera y las largas colas. Es evidente que esto ha tenido un impacto.»
Saavedra ha explicado que, aunque se vuelva a abrir la puerta del servicio, no habrá más personal sanitario. «Este hospital hoy no tiene un servicio de urgencias generales y, cuando se abra la puerta, seguirá sin tenerlo», ha afirmado.
Un refuerzo insuficiente
Según los datos ofrecidos por la responsable sindical, el equipo que atenderá las urgencias en el Hospital de Santiago estará compuesto por dos médicos, tres enfermeros y dos auxiliares de enfermería. En comparación, en el PAC de Olaguibel hay cuatro médicos de manera habitual, mientras que un hospital de dimensiones similares, como el de Galdakao, cuenta con siete médicos en su servicio de urgencias un día normal.
«Nos parece un mensaje tramposo y falso. No va a haber dos servicios de urgencias reales, sino dos ubicaciones a donde puede acudir la ciudadanía, pero sin los medios adecuados», ha insistido Saavedra. «Se pretende mejorar la imagen de la sanidad pública sin mejorar realmente los recursos».
Movilización y presión social
Desde el sindicato ELA vinculan esta reapertura a la presión social y sindical. «Entre todos y todas hemos conseguido poner a Osakidetza en la agenda pública y política», ha destacado Saavedra. «No es la reapertura que queremos, pero hemos obligado al Gobierno Vasco a moverse, aunque sea con pequeños cambios».
La lucha, sin embargo, continuará. «Vamos a seguir manifestándonos porque la sanidad pública sigue teniendo muchos problemas, sobre todo en Araba y en el Hospital Universitario de Araba. Hemos avanzado algo, pero aún hay muchas batallas por ganar», ha concluido.
