El Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz lleva cerrado desde agosto 2024 por una profunda reforma que lo mantendrá fuera de servicio al menos hasta 2027. En esta pausa forzada, la actividad teatral no solo no se ha detenido, sino que ha encontrado nuevos cauces y escenarios gracias a la red de teatros de barrio. Así lo explica Marta Monfort, directora del Principal desde 2012, y veterana gestora cultural con más de dos décadas al frente de la red municipal de teatros.
En una conversación extensa concedida al programa de radio y podcast de GasteizBerri.com, Monfort repasa con mirada crítica y optimista el presente y el futuro de las artes escénicas en la capital alavesa. Defiende con convicción la cultura pública como derecho, desmonta prejuicios sobre el teatro y lanza un mensaje de unidad y corresponsabilidad: “Vitoria tiene un lujo que no tienen otras ciudades: su público”.
“El Principal está en la UCI, pero la red está más viva que nunca”
El cierre del Teatro Principal no ha supuesto un apagón cultural. Al contrario. Monfort considera que el traslado de la programación a espacios como el Félix Petite, el Jesús Ibáñez de Matauco o el Federico García Lorca ha servido para redescubrir el potencial de los teatros de barrio. “El Principal fagocitaba al resto. Ahora hemos visibilizado la red y la hemos fortalecido”, afirma.
Durante esta etapa, la programación no ha parado: una media de 16 espectáculos al mes, en su mayoría redistribuidos en otros escenarios. “Teníamos miedo, porque Vitoria es una ciudad muy de centro, pero el público nos ha sorprendido una vez más. El miedo era infundado”, relata.
Monfort señala incluso una mejora en algunos indicadores. “En el Principal solíamos tener 800 espectadores, ahora tenemos 300 en el Félix Petite, pero con un porcentaje de ocupación más alto respecto al aforo”, explica.
Una red que se consolida como columna vertebral
Este proceso de descentralización no ha sido improvisado. Según revela en GasteizBerri.com, hace más de tres años que el equipo trabaja en un plan de fortalecimiento de la red escénica con el acompañamiento de expertos como Pedagogías Invisibles, consultora cultural que ha colaborado con el Reina Sofía o el Matadero de Madrid.
“Nos han enseñado a generar agendas políticas, sociales y vecinales. A construir con los barrios, no desde arriba. No podemos olvidarlo cuando reabra el Principal”, afirma con rotundidad.
Inversiones como la mejora de camerinos en el Félix Petite no son temporales. “Vamos a tener dos teatros de primer nivel en 2027. Vitoria no va a perder, va a ganar”, insiste.
¿Un teatro solo para unos pocos? “Rotundamente no”
Una de las principales batallas de Monfort es contra la imagen elitista del teatro. “Hay quien cree que para ir al teatro tienes que ser muy culto o tener mucho dinero. Es falso. El teatro es emoción, es derecho cultural, es de todos”, reivindica.
Explica que los precios están diseñados para facilitar el acceso: 6 € para propuestas familiares, entre 12 y 20 € para la mayoría de espectáculos, y con fuertes descuentos para jóvenes, personas en paro y familias numerosas. “Con 3 €, un joven puede venir al teatro. Más barato que una cerveza”, remarca.
Sobre la estética clásica del nuevo Teatro Principal, reconoce su ambivalencia: “Puede impresionar o intimidar a los jóvenes, pero ahí está nuestro trabajo: romper esas barreras con programación y comunicación adecuadas”.
Una ciudad con cultura teatral arraigada
Vitoria-Gasteiz es, según los datos y la experiencia de Monfort, una ciudad con fuerte tradición teatral. “El público aquí es fiel, entiende, respeta los silencios y aplaude. Lo dicen todas las compañías. Hay una educación escénica que se nota”, destaca.
Aunque no existen sistemas avanzados de CRM o análisis de datos, la asistencia sostenida lo confirma: más del 40 % de la población acude al teatro al menos una vez al año, muy por encima de la media estatal.
El reto del relevo generacional
Pese a las buenas cifras, la edad del público teatral es elevada. “El reto es atraer nuevas generaciones sin perder a quienes ya están. Y no es fácil”, admite. La danza, el teatro en euskera y los nuevos lenguajes escénicos son algunos de los espacios donde se ha logrado rejuvenecer al público.
También destaca que el teatro en euskera, antes minoritario, ha ganado terreno y calidad. “Antes se decía que no había propuestas en euskera de calidad. Es mentira. Hay una escena rica y cada vez más potente, especialmente en danza”, señala.
Programación: entre la anticipación y la flexibilidad
El 50º Festival Internacional de Teatro de Vitoria-Gasteiz, que se celebrará sin el Principal como sede, está prácticamente cerrado aunque aún no se ha anunciado. Monfort adelanta en GasteizBerri.com que será una mezcla de figuras internacionales, nombres conocidos para el gran público, propuestas en euskera y compañías locales. “Queremos cuidar al público, no programar solo para salir en prensa”, asegura.
La planificación, dice, se hace con años de antelación. “Tengo cosas cerradas hasta 2027. Pero también trabajamos a cuatro meses vista. Cada espectáculo requiere logística, difusión y gestión técnica”, explica.
Modelo económico: financiación pública y cultura no rentable
Sobre la sostenibilidad financiera, Monfort es tajante: “La cultura no tiene que ser rentable. Tiene que transformar”. El Teatro Principal recaudaba cerca de 1 millón de euros anuales en taquilla, mientras el presupuesto de programación es de 1,5 millones, íntegramente municipal.
“Solo recibimos subvenciones para el festival, y ese dinero se queda en Hacienda municipal. Nuestra financiación es 100 % del Departamento de Cultura del Ayuntamiento”, aclara.
También critica el modelo de subvenciones a la producción cultural, que favorece la cantidad sobre la estabilidad. “Hay que financiar estructuras estables y procesos largos, no obligar a las compañías a producir sin parar”, reclama.
Colaboración, redes y censura: “Aquí nunca nos ha pasado”
Monfort destaca el trabajo en red tanto a nivel vasco (con la red SAREA) como estatal (con la Red Española de Teatros) e incluso internacional (forma parte de la International European Theater Meeting). Estas estructuras permiten compartir conocimiento, coordinar programaciones y realizar proyectos de mediación o inclusión social.
Frente a los recientes episodios de censura cultural en otras partes de España, asegura que Euskadi es diferente: “En 23 años nunca he vivido una censura. Aquí hay más respeto y más conocimiento. Somos afortunados”.
Tejido amateur, cultura comunitaria y futuro
Más allá de los grandes escenarios, Monfort destaca el ecosistema local de compañías amateur. “Vitoria es un hervidero. Tenemos 12 compañías en los locales Dante, que exprimen cada metro. Y hay muchas más en bares, asociaciones y espacios alternativos. Todo eso alimenta el ecosistema”, celebra.
Sobre las próximas fiestas de La Blanca, confirma que la programación teatral seguirá presente, aunque adaptada a las nuevas condiciones: “No desaparecerá. El Félix Petite será el centro, aunque sin tranvía a ciertas horas”.
Un público insustituible y un futuro ambicioso
El cierre de la conversación en GasteizBerri.com lo dedica al “minuto de oro”. Marta Monfort, visiblemente emocionada, se lo brinda al público vitoriano: “Sois nuestro mayor lujo. No nos habéis abandonado. El teatro sigue latiendo en Vitoria, y cuando reabra el Principal tendremos no uno, sino cinco teatros municipales de gran nivel. Eso no lo puede decir cualquiera”.
