
El barrio de Errota vuelve a llenarse de vida. Tras más de diez años sin fiestas, las vecinas y vecinos han decidido recuperar una de sus tradiciones más queridas. Y lo hacen a lo grande: con una programación de seis días que combina música, deporte, cultura y participación vecinal. Una iniciativa surgida desde abajo, con la implicación directa del tejido social del barrio.
Las nuevas fiestas de Errota nacen con la visión de reunir a todas las generaciones, culturas y sensibilidades que conviven en el barrio, y hacerlo desde el compromiso, la colaboración y las ganas de celebrar juntas. Para lograrlo, han contado con la ayuda de asociaciones vecinales, centros escolares, espacios culturales y el comercio local, que han sumado fuerzas para sacar adelante esta esperada celebración.
Un arranque pensado para los más pequeños
El pistoletazo de salida será el martes 27 de mayo con una kalejira infantil que recorrerá el barrio al ritmo de batukada, culminando en la plaza Zaldiaran. Allí, los más pequeños disfrutarán de juegos, música y cuentos con la historia de la mascota Sagu Zahar como protagonista. Será el inicio simbólico de unas fiestas que no se olvidan de nadie.
Deporte, cultura y música durante toda la semana
Durante los días siguientes, las calles de Errota acogerán propuestas tan variadas como clases abiertas de zumba y spinning, torneos de fútbol, baloncesto, pickleball y ajedrez, teatro, cine al aire libre, talleres y rutas guiadas. También habrá actividades organizadas por colectivos como Baratza Aretoa, Orbain Kultur Elkartea o el club de ajedrez Martintxo, que aportan su grano de arena a una programación pensada para todos los gustos.
Un fin de semana con sabor internacional
El viernes 30 y el sábado 31 de mayo el barrio vibrará con sonidos que van desde el ska y la cumbia hasta el reggae, la música afrocubana o el afrobeat. El programa incluye conciertos en distintos bares, actuaciones en plazas y calles, un concurso de picante, pintxo-pote musical, sesiones de DJ y desfiles musicales. La jornada intercultural “Arroces de Aldabe” y la final del campeonato de mus pondrán el acento local en una fiesta con alma global.
Cierre con mercado vecinal y música en la calle
El domingo 1 de junio será el turno del Mercado de Segunda Mano, un espacio para intercambiar, regalar o vender objetos en desuso y darles una nueva vida. Tras el sorteo de cestas con productos del barrio, la música volverá a sonar con una sesión vermut de bachata queer. Una despedida alegre y compartida, fiel al espíritu de estas fiestas.