Esta mañana ha tenido lugar la primera reunión del Patronato de la Fundación Memorial 3 de Marzo. El encuentro, celebrado en la sede del Gobierno Vasco en Lakua, ha servido para activar los primeros pasos de este centro que busca recordar a los cinco trabajadores asesinados por la policía franquista en la iglesia de San Francisco de Asís, en Vitoria-Gasteiz, el 3 de marzo de 1976.
En el orden del día se ha incluido la cesión de la iglesia por parte del Obispado de Vitoria, y la licitación de las obras de rehabilitación de un edificio que lleva cerrado desde 2014 y que, como han recordado desde las asociaciones, “se encuentra en muy mal estado”.
“No queremos que se haga deprisa”
En declaraciones a esta redacción, Nerea Martínez, miembro de la asociación Martxoak 3, ha expresado que las prioridades tienen que estar dirigidas a las víctimas y sus familias: “Queremos que se cuente con las asociaciones a la hora de avanzar en el Memorial”, ha explicado, reclamando un papel activo en las decisiones que se tomen.
Martínez ha insistido en que no es necesario que el centro esté listo para el 50 aniversario de la matanza. “Las víctimas merecen un reconocimiento digno y elaborado, en vez de lo que pueda salir al hacer algo rápido de cara al 3 de marzo del año que viene”, ha advertido.
Además, ha reclamado un estudio topográfico previo a las obras, con el fin de conservar las marcas de la violencia que aún se conservan en el templo: “Queremos mantener los signos de violencia que quedan en el edificio, como los huecos de bala o desperfectos producidos por las armas”.
Un Memorial aún por definir
El Patronato está formado por el Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, la Diputación Foral de Álava, el Obispado de Vitoria y las asociaciones Martxoak 3 y Memoria Gara. En esta primera fase, la cesión del edificio y el inicio de las reformas son las prioridades.
Sin embargo, el contenido museístico aún está en discusión. Hace unas semanas, el director de Gogora propuso que el centro también incluyera el recuerdo a otras víctimas más allá de los hechos del 3 de marzo, una idea que el obispo Juan Carlos Elizalde rechazó.
El próximo año, en 2026, se cumplirán 50 años de la intervención policial en la iglesia de San Francisco de Asís que terminó con la muerte de cinco trabajadores y decenas de personas heridas.