El Pleno de este viernes en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha estado marcado por una doble protesta ciudadana que ha desbordado el debate institucional y ha obligado incluso a intervenir a la Ertzaintza. Los turnos populares de Auzoan Bizi y de la plantilla de jardinería en huelga de ENVISER han derivado en momentos de gran tensión que han provocado reacciones airadas por parte de varios concejales y la expulsión forzosa de los trabajadores.
Denuncia por el padrón y acusaciones urbanísticas
La sesión comenzaba con la intervención del colectivo Auzoan Bizi, que ha denunciado que el Ayuntamiento “está vulnerando derechos básicos al dificultar el acceso al empadronamiento a cientos de personas que residen en la ciudad”. Según han afirmado, estas trabas afectan sobre todo a personas en situación precaria, y han asegurado haber entregado un informe jurídico a los grupos municipales. También han recordado que ya existen sentencias judiciales en otros municipios que han condenado prácticas similares.
La tensión ha aumentado cuando, en su segundo turno, han acusado al concejal del Partido Popular Gustavo Antepara de cometer presuntas irregularidades urbanísticas en el Casco Viejo. Esta acusación ha sido el detonante de un cruce de reproches. La alcaldesa Maider Etxebarria ha optado por cortar su intervención, decisión que ha llevado a los portavoces del colectivo a abandonar el salón de plenos sin escuchar la réplica de los grupos.
Varios concejales han reaccionado con dureza. Sonia Díaz de Corcuera, concejala responsable del padrón, ha considerado “una auténtica vergüenza” lo ocurrido, y ha asegurado que “si realmente ustedes creen que el Ayuntamiento incumple la ley, ya les hemos dicho cuál es el camino: vayan al juzgado. No pueden venir aquí a insultar”.
Marta Alaña, portavoz del PP, ha afirmado que los intervinientes “se autoproclaman demócratas, pero no lo son, porque sus hechos no se corresponden con sus palabras”. Ha rematado su intervención dirigiéndose a una de las representantes del colectivo con una frase: “Me honro de no parecerme absolutamente nada a usted”.
Desde el PSE-EE, Borja Rodríguez ha mostrado su decepción por el desarrollo del turno popular. El edil ha recordado que durante la legislatura anterior se promovió este mecanismo de participación “para que la ciudadanía pueda expresarse libremente con una cierta educación y respeto”, y ha confesado marcharse “profundamente avergonzado, incluso triste”.
Los jardineros en huelga cargan contra el modelo de contratación
El segundo turno popular ha estado protagonizado por los jardineros y jardineras en huelga de ENVISER, empresa adjudicataria del mantenimiento de parques y jardines. Han denunciado sueldos que no les permiten “desarrollar una vida digna”, y han hecho un desglose de sus gastos básicos para demostrar que “con lo que cobramos no llegamos a fin de mes”. Han asegurado que sus condiciones salariales están reguladas por un convenio estatal que “no se adapta a la realidad del territorio”.
En su intervención, han criticado duramente al Ayuntamiento por “desentenderse de las condiciones laborales de quienes prestan servicios públicos privatizados”. Han señalado directamente a la concejala Beatriz Artolazabal, acusándola de alinearse con la empresa y de mentir en relación a los servicios mínimos, que consideran “desproporcionados”. Han añadido que la motivación de estos servicios mínimos no responde a razones de seguridad, sino a “intentar desactivar la huelga y proteger un modelo de negocio que enriquece a fondos de inversión a costa de precarizar el empleo”.
Han advertido además que, pese a los intentos por desactivar su movilización, no piensan rendirse: “Después de 37 días de huelga, esta plantilla tiene la determinación de seguir peleando”. También han recordado que han hecho una propuesta para reducir sus demandas salariales en 2025 a cambio de mejoras en 2024, con la esperanza de lograr una solución dialogada.
Al finalizar su intervención, han lanzado pasquines en el salón de plenos mientras coreaban “Lorezainak borrokan”. La alcaldesa ha solicitado entonces la intervención policial. Durante varios minutos, la Ertzaintza ha tomado el edificio y ha procedido a su expulsión.
Un intento de mediación
En el orden del día del Pleno figuraba una moción presentada por EH Bildu y Elkarrekin para instar al Ayuntamiento a implicarse activamente en el conflicto. El texto recogía dos puntos: que el Departamento de Espacio Público y Barrios buscara vías jurídicas para facilitar un entendimiento entre empresa y plantilla, y que acudiera a una reunión el próximo 25 de junio en el marco del PRECO. El Partido Popular había anunciado su apoyo a la moción, pero finalmente no ha sido asi.
Malestar tras la sesión
Terminada la sesión, varias fuentes municipales han trasladado a esta redacción su malestar por el desarrollo de ambos turnos populares. Desde el entorno de Alcaldía consideran que lo sucedido ha sido “una falta de respeto”, y que “no tiene sentido pedir la palabra y luego reventar el acto”. Lamentan que se pierdan “oportunidades legítimas para trasladar demandas con seriedad”.
Otras voces del Gobierno han expresado su preocupación por el uso del turno popular como espacio para el insulto, señalando que “no está pensado para eso”. Desde la oposición, una concejala ha afirmado sentirse “con malestar” por lo vivido en el salón de plenos, al considerar que se han cruzado ciertos límites institucionales.