Elkarrekin ha mostrado su disposición a negociar el Plan Especial de Rehabilitación Integrada (PERI) del Casco Viejo, pero ha dejado claro que no lo hará a cualquier precio. En la Comisión de Modelo de Ciudad y Urbanismo celebrada esta mañana, la coalición ha planteado tres condiciones que considera imprescindibles para avanzar hacia un acuerdo.
Rehabilitación más allá de lo urbanístico
Una de las principales exigencias del grupo se centra en la rehabilitación de viviendas, un ámbito en el que han trabajado anteriormente con propuestas concretas. A su juicio, esta rehabilitación no debe quedarse únicamente en lo urbanístico, sino atender también a las viviendas con “graves deterioros” y problemas estructurales que requieren “reformas integrales”.
Además, Elkarrekin reclama que se mejoren las condiciones para acceder a las ayudas destinadas a estas intervenciones. Según han señalado, muchas personas han quedado fuera de estas subvenciones por las dificultades de tramitación. “En la mayoría de los casos, se ven afectadas personas socialmente vulnerables”, han recordado.
Compromiso con el patrimonio
Otra de las condiciones que ponen sobre la mesa es la necesidad de garantizar el mantenimiento y la conservación del conjunto monumental del Casco Medieval. “Todas somos testigos de cómo se siguen cayendo varios palacios e inmuebles singulares de la ciudad. Queremos que el PERI del Casco Viejo sea el punto de inflexión de esta deriva”, ha declarado el concejal Óscar Fernández.
Límites a los pisos turísticos
El tercer eje de su propuesta pasa por limitar el número de pisos turísticos en la zona. El grupo recibe de buen grado que se contemple restringir esta actividad a la primera planta, pero lo considera insuficiente. “Lo vemos como un punto de partida y pedimos seguir avanzando”, ha dicho Fernández, quien ha recordado que esta limitación fue aprobada en pleno en julio del año pasado a iniciativa de su agrupación.
Para Elkarrekin, establecer este tipo de límites “es una forma de prevenir que en un futuro se dé en nuestro municipio la problemática que sí están sufriendo en otras capitales vascas por la proliferación de viviendas de uso turístico, una dinámica que acaba expulsando a vecinas y vecinos de sus barrios”.