En Vitoria-Gasteiz, la noche festiva ha tenido un cierre marcado por la tradición. A la una de la madrugada, Celedón ha emprendido el ascenso hacia la torre de San Miguel, gesto con el que la ciudad despide oficialmente las Fiestas de La Blanca. La plaza de la Virgen Blanca, llena de gente, ha sido el escenario de un adiós que cada año atrae a más asistentes.
Música y luz en el cielo
La Banda Municipal de Música ha acompañado el momento con su repertorio, mientras la pirotecnia FML lanzaba una traca final que ha iluminado el centro de la capital alavesa. Los fuegos artificiales han sido el broche visual a seis días de celebraciones.
Pese a que el pañuelo festivo ya se había retirado del cuello, la subida de Celedón se ha consolidado como uno de los actos más esperados de la última jornada. Cada vez son más las personas que eligen despedir las fiestas en la plaza, compartiendo la emoción de un final que combina música, luz y tradición.