
A escasas semanas del comienzo del curso universitario, un millar de estudiantes de Vitoria se han quedado sin la solución de transporte que durante cuatro décadas ofreció la asociación Altube. El anuncio de su disolución, debido a problemas económicos, ha sorprendido a las familias, que ahora afrontan la incertidumbre de cómo organizar los desplazamientos diarios hasta los campus vizcaínos.
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Unibus intenta llenar el vacío
En este contexto ha surgido Unibus, una iniciativa que en apenas unos días ha reunido ya a unas 400 personas. Sus promotores aseguran que su propuesta puede adaptarse a nuevas paradas y horarios, intentando dar flexibilidad a un servicio que desaparece de forma repentina.
Opiniones enfrentadas
Desde la dirección de Altube se cuestiona la legalidad de esta alternativa, al considerarla un “fraude de ley”, y se recomienda a los antiguos socios recurrir a la línea regular de La Unión. Esta compañía ha anunciado que reforzará sus trayectos con nuevas conexiones directas a Leioa, aunque persisten dudas sobre si será capaz de absorber una demanda concentrada en las primeras horas de la mañana.
Quienes apoyan a Unibus sostienen que la línea regular no puede responder de la noche a la mañana a la necesidad de mil estudiantes, recordando que Altube realizaba unos 25 servicios diarios, la mayoría en franjas de alta demanda.
Negociaciones fallidas
La asociación Altube asegura que trató de llegar a un acuerdo con la empresa prestataria hasta el último momento, incluso aceptando sus condiciones a pesar de la deuda pendiente, pero sin éxito. También se intentaron conversaciones con otras compañías, que no llegaron a buen puerto. Desde la otra parte se defiende que la empresa siempre mostró disposición a seguir, y que la ruptura se debe a la falta de entendimiento con la junta directiva.
Una comunicación tardía
La noticia del cierre se conoció tarde, cuando las familias ya planificaban el nuevo curso. Desde Altube se admite que la confianza en lograr un acuerdo se mantuvo hasta la última semana, lo que retrasó la decisión definitiva. Se reconoce el malestar generado y la incertidumbre que ahora pesa sobre estudiantes y familias que necesitan reorganizarse en apenas unos días.