OPINIÓN | Aquellos locos cacharros

Gasteiz llama a la puerta de Europa para modernizar el 100% de su flota de autobuses urbanos con modelos eléctricos y de hidrógeno. La compañía Tuvisa se ha marcado el objetivo “a medio plazo” de conseguir una flota de autobuses con el 90% de propulsión eléctrica y el 10% restante de hidrógeno, según ha reconocido el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Gasteiz, Raimundo Ruiz-Escudero. Para ello, la ciudad se ha sumado al programa europeo Next Generation con el fin de captar fondos con los que sufragar el proyecto.

En la iniciativa participan también otras ciudades como Bilbao, Valladolid, Ávila, Vigo, Zaragoza y Barcelona, así como las empresas privadas Irizar, Iberdrola, CIC Energigune y Biker, integradas en el proyecto ‘Capital’. En la actualidad, Vitoria cuenta con la puesta en marcha un autobús llamado BEI (Bus Eléctrico Inteligente), que son los vehículos utilizados para cubrir la línea denominada anteriormente periférica, aunque para los ciudadanos y ciudadanas de esta ciudad siempre la seguirá llamando periférica.

Gasteiz, lleva años ondeando la bandera de ser una ‘Green capital’, aspirando a electrificar el 100% de las unidades de transporte público a “medio plazo”. Durante muchos meses, parte de la ciudad ha estado patas arriba para la instalación de las paradas del BEI, un autobús con carriles propios y que circula en doble sentido en el recorrido de la antigua línea periférica de autobús, que conecta Mendizorroza, Txagorritxu, Zaramaga o Santa Lucía. Al principio pensaban que costaría unos 40 millones de euros y tiene cuatro pantógrafos, o punto de recarga rápida, precisamente junto al estadio de Mendizorroza y en el centro comercial El Boulevard.

¿Llegaremos algún día a saber realmente el coste la implantación del BEI? Supongo que será un dineral que la ciudad se ha gastado por mucho que digan que la mayor parte la han puesto el Gobierno Vasco (a cambio de dar pasta a su empresa Irizar) y Diputación, dinero que podían haber dado para renovar toda la flota, porque si seguro que llegaba para eso y más.

Ahora proponen la posibilidad de adquirir 10 nuevos buses eléctricos para la línea 4, y pide 2,3 millones de euros a Europa, pero claro, las cuentas no salen, según dijo el propio Ayuntamiento cuando adquirió los autobuses híbridos para ‘jubilar’ unidades más viejas fue su precio. «Un bus eléctrico cuesta, a día de hoy, 750.000 €, frente a los 350.000 € de un bus híbrido no enchufable». Pues si son 10 autobuses y hablan de 750.000 € por unidad, son 7 millones y medio, ¿quién pondría la diferencia?.

Pero hay que recordar que faltan 8 meses para las elecciones municipales y que ya están en campaña electoral. En este tiempo podemos oír muchas cosas, sin ir más lejos, ya en abril decían que pensaban comprar otros tres híbridos más, pero el tiempo pasa y lo único que se ve son unos autobuses con infinidad de problemas y que generan unos gastos de mantenimiento “alucinantes” y los voy a resumir a continuación lo que han costado esas reparaciones:

• Enero 2022 97.540 €.
• Febrero 2022 97.199 €.
• Marzo 2022 145.589 €.
• ABRIL 2022 92.870 €.
• MAYO 2022 124.911 €.
• JUNIO 2022 126.077 €.
• JULIO 2022 100.425 €.
• AGOSTO 2022 104.540 €.

Esto hace una suma de 889.151 € en solo 8 meses, de seguir a este ritmo se llegara al millón trescientos mil euros, para unos vehículos que tienen hasta 23 años de antigüedad y a nivel de imagen están peor que “los carros de los supermercados”, reparados con cinta americana. Que conste que seguro que no es por culpa de los trabajadores que hacen lo que pueden sin medios ni humanos ni materiales.

El servicio de transporte urbano no está a la altura de las expectativas de los gasteiztarras, principalmente por el estado de los vehículos. La flota es antigua y está muy deteriorada, algo que no gusta ni a los ciudadanos/as, ni a los conductores/as, que tienen que soportar durante su jornada de trabajo las deficiencias de los vehículos, llevar vehículos en mal estado no solo afectan al desempeño de su labor profesional, sino también a su salud.

Como siempre, el Ayuntamiento y Tuvisa no tomarán cartas en el asunto y no asumirán lo que es obvio: que el abandono de los autobuses, por su parte, no solo causa molestias y gastos a los usuarios/as, sino que en muchas ocasiones es el origen de situaciones de peligro que algún día nos pueden costar caro.

El otro día esperando al autobús había unos usuarios/as que estaban opinando sobre el servicio. El malestar entre los ciudadanos/as es generalizado y la queja principal es el estado de los vehículos. Frases como «están viejos», «son una porquería» o «están hechos polvo» fueron las más habituales, ello conlleva a que no se cumplan los horarios establecidos «pero claro es que como son viejos, pues se averían», lo que según los usuarios/as «pasa muy a menudo porque raro es el día que no se estropean».

Creo que la ciudadanía de Gasteiz nos merecemos unos vehículos en condiciones y no unos «trastos» y para conseguirlo no hay que hacer «trampas», porque los tontos ya pasaron a la historia y cada vez es más difícil engañarnos por mucho que lo intenten.

Tanto los usuarios como los propios conductores tienen miedo de que algún día suceda una tragedia. «Están jugando con la vida de las personas. Nosotros los usuarios/as no somos una mercancía más: somos personas. No hay que permitir a nadie que juegue con nuestra vida». Ya hemos tenido varios accidentes y un día vamos a tener una desgracia, y en esto no es solo por la gestión del Ayuntamiento y de Tuvisa, también hay que incluir a viandantes, bicicletas, patinetes y coches, todos tienen su parte de culpa de que el transporte urbano en Vitoria-Gasteiz funcione como funciona.

A muchas horas, y cada vez de manera más habitual, tenemos que ir como sardinas en lata y no podemos más. Cuando llega el autobús, todos empezamos a empujar para entrar todos. A veces no pueden ni abrir las puertas para que entre más gente y se tienen que quedar tirados en las paradas, de ello hay muchas quejas en el Buzón del Ciudadano.

Eso sí, hay que alabar la pericia de muchos de los conductores que tienen que circular a la mitad de la velocidad indicada para controlar el vehículo. Tardamos el doble de tiempo porque van a 20 por hora, sin apenas carriles bus, ni prioridad semafórica y ya no digo nada los días de lluvia. Hay gente que dice que son malos/as conduciendo, pero realmente si así fuera, habría muchos más accidentes todos los días.

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